lunes, 14 de octubre de 2013

La Mota rosa: QuiérOme mucho: una novela para "practicar"



Ingredientes
-Un litro de exasperación.

-Cuarto y mitad de abusones alrededor de tu vida, tiñendo tu pasado de inolvidables momentos de sacrificio por el bien ajeno.

-Dos cucharadas de intención de mejorar.

-Una pizca de apoyo moral (valen las amigas, las de verdad, algún pariente lúcido y desinteresado, un coach majete y similares. Abstenerse sucedáneos de "amiguísimas" que sacan tajada de tu no saber decir NO y las envidiosas. Esas siempre sobran).

-Un espejo.

-Una ramita de hierbabuena, jazmín o algún olor que te encante. Llevártela a las narices te valdrá como método de relajación cuando vayas a caer de nuevo en el servilismo más ingrato. Te hará sonreír para cuando tengas que pronunciar la gran frase: "lo siento, NO puedo".

Preparación
No saber decir "NO", nunca, a nadie, por nada, nos convierte en nuestros peores enemigos. Terminamos siendo esclavos de los deseos de los demás y curiosamente, en lugar de ganarnos su afecto, a la larga, aunque lo disfracen con apariencia de cariño, perdemos por entero su respeto.
Una lástima, ¿no? Curioso, el mundo este donde nos ha tocado vivir. Desconozco quién crea y marca las reglas pero las han hecho bien, ¿eh? Han sido certeros a la hora de conseguir lo que pretendían, que vaguemos por las calles como zombies medio huecos, desesperadamente obsesionados con lo que NO tenemos, ansiosos de amor ajeno y reconocimiento social. Tal destructivo sentimiento nos lleva, en brazos, al consumo compulsivo, a privarnos de comer con tal de acceder al último modelo de telefonía móvil o pantalla de plasma 3D. Para poder contarlo (me olvidaba de lo más importante) o exhibirlo (en persona o en los patéticos muros de las redes sociales). Si somos cool nos querrán. ¿A que sí?

Hay variantes de este "mendigueo". Cuando no se tiene suficiente dinero o empatía con los cachivaches electrónicos, algunas personas se convierten en felpudo de los demás, tratan con ansia de hacerlos felices, con tal de que los aprecien. Uno queda reducido a un punto invisible al final de la fila, sacrificarse por el bien ajeno no es ningún problema y los intereses de otros se anteponen a los nuestros.

Así nace lo que no es otra cosa que una anomalía psicológica basada en una autoestima débil (o inexistente) y mermada: no saber decir NO, ser pasto de los abusones.

El primer paso en la curación es IDENTIFICAR lo que ocurre. Saber qué tipo de persona ATRAEMOS con nuestra energía. Aceptar que el DESAGRADECIMIENTO que obtenemos en pago de nuestros sacrificios, no es culpa nuestra.
El segundo paso es aprender a QUERERNOS. Nosotros. A VALORARNOS. Nosotros. Que el reconocimiento no llegue de fuera, que no nos sintamos valiosos, buenas personas, atractivos o majos solo porque alguien se digne a piropearnos. El sentimiento de que LO SOMOS debe provenir del interior y ser espontáneo y reflejo. No depender del halago ni del afecto ajeno nos hará LIBRES.
El tercer paso, trazar nuestro camino hacia nuestras metas. Las nuestras. Nuestros objetivos, no los de los demás. Podemos hacer pausas, altos en el camino para reforzar lazos de amistad, apoyar a otro, pero procuraremos que nuestras acciones no vayan en detrimento de nuestros propios intereses.


Eso no es ser egoístas, es saber quererse y quererse bien.

He visto a tanta gente desgraciada por este motivo que quise dedicarle un libro al problema. Si estáis interesados, "QuiérOme mucho" (Editorial Versátil) puede haceros pasar un buen rato de reflexiones y distracción.
Besos y hasta la próxima.

2 comentarios:

  1. Graaaaacias a So, mi rubia favorita, por colgarme el post de esta semana, que ando descalabrá y sin ordenador que me ladre. La rubia apoyada en la encimera es de su cosecha y me gusta una jartá. Hala, a quererse.

    Besos muchos :)

    ResponderEliminar
  2. La receta es perfecta. Yo añadiré dos cucharadas más de intención de mejorar. Lo tóxico lo estoy dejando de lado (personas y tabaco) y estoy practicando el NO. Con dos galletas de la Ali estaré listo. Besos

    ResponderEliminar