martes, 11 de junio de 2013

LA MOTA ROSA: Peloteando pero de verdad


 
El arte del peloteo me subyuga, me atonta y me desconcierta. Es un algo que se me escapa. La motivación, los objetivos, los métodos, el ancho de la manga y el estómago que sin duda requieren, el qué pensarán cuando se dan la vuelta, el cómo lo admiten los destinatarios, la insidiosa eficacia de algunos y la ceguera absoluta de otros.

Qué asquito me da.


Desde que la vida me lanzó al mercado laboral han desfilado por delante de mi puerta cientos, miles de pelotas rastreros capaces de cualquier cosa por obtener desde una simple mirada condescendiente del objeto de sus deseos hasta el favor más ciego de sus jefes, pues con esos fines los peloteaban. Desde hablar suavones como serpientes dando la razón absolutamente en todo, a ir de cotillas y radio-macuto con los últimos cuchicheos íntimos acerca del personal. Desde estar solícitos y disponibles para cualquier tarea por desagradable y enojosa que resultara hasta traicionar y vender a su madre por un plato de lentejas o la promesa de obtenerlo.

No te quepa duda de que son un espécimen aparte y por desgracia, no en vías de extinción.


El pelota no tiene dignidad. Hace mucho que se la dejó olvidada en algún cajón y decidió que podría sobrevivir sin ella. Incluso puede que la considerara un estorbo. Ya se sabe eso de que el honor es una armadura que nos hace lentos y favorece nuestra muerte. El pelota es mentiroso. Jamás se sincera, siempre dice lo que el otro desea escuchar y tiene disponible todo un repertorio de halagos y piropos a cada cual más baboso que desde fuera pringan y cantan pero que el beneficiario agradece con un somero batir de pestañas. El pelota sonríe todo el tiempo, sufre agujetas por el mucho sonreír y se presta a cualquier actuación humillante y ridícula con tal de tener contento a su “tesoro”.
 
Eso sí, el pelota tiene memoria. Y quiere recoger, algún día, la cosecha tras tanta siembra. Líbrenos Dios de sus iras si no recibe algo a cambio de tanto arrastrarse porque su interior, tan oscuro como su nobleza, guarda maldades inimaginables.

Y os preguntareis a cuenta de qué doy yo este voltio por el mundo pelotillero. La razón tiene un nombre: Anna Dello Russo. Editora, fashionista y consultora creativa del Vogue Japan. ¿Qué no la conocéis? ¿Nunca habéis oído nombrar a esa excéntrica señora que te mira por encima del hombro, te desprecia, rara vez se viste de persona y mucho menos conforme a su edad, que se prodiga por los saraos y que tiene un ego disparado a la galaxia vecina?

Pues os adjunto unas fotillos para que os aclimateis. Que la cosa tiene miga.  


Dios me libre de ser yo, la defensora a ultranza de “cada cual haga de su capa un sayo”, la que critique su alma infinita y su libertad y DERECHO (sí, con mayúsculas) para disfrazarse o vestirse como le venga en gana. Lo que critico (y también estoy en mi derecho) es la hipocresía de los pelotas que revolotean a su alrededor, encumbrándola, haciendo creer a la pobre mujer que es una quinceañera deliciosa con un estilo sublime en el vestir (y en otras cosas) y que lo suyo es de toque de varita mágica. Que se doblen los espinazos a su paso, que la alaben como el sumun de la gracia y la monería y que esos mismos que le gritan “¡¡guapa!!” como si de la mismísima Virgen de la Paloma se tratase, escrudiñen, diseccionen, vilipendien y escupan (verbalmente hablando) a las mujeres normales, de carne y hueso que se pasean (sin ningún glamur, dicen ellos, que para algo son los entendidos) por las calles de nuestras ciudades. Que te condenen por un pliegue, arruga, pata de gallo o michelín y te bajen de un zarpazo del Olimpo de las diosas porque no te lo mereces, cha-ta.


 

Y como la entrada se alarga, no es mi intención cansaros, una imagen vale más que mil palabras y aquí os dejo unas cuantas, ella es el modelo a seguir, sus arrugas no son más que figuraciones nuestras y la que vale, vale y la que no… pa letras. Escuchad atentos la voz de los súper pelotas.



¡¡Esa Anna, esa Anna!! ¡¡Hey, hey!!



Disponeis de tooooda una semana para leer, comentar y compartir el contenido de esta entrada con vuestros amigos, conocidos y parientes. Porque la próxima MOTA ROSA nos hablará de la feria del libro de Madrid.
A disfrutar, querid@s :)



1 comentario:

  1. Tu preséntale a Cayetana, que verás cómo la arregla.
    El ensayo sobre el pelota es magnífico. Ahora entiendo el motivo de que los que no nos acercamos a otros por interés, sino por curiosidad o simple placer parezcamos a veces bichos raros

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