Creo que todo escritor tiene un género. Es la ropa con la que
una se siente cómoda y la que más utiliza. También refuerza tus puntos fuertes
y disimula los débiles si tienes la inteligencia suficiente como para pasar de
tendencias o el valor o los recursos, claro, ir a la contra, a veces, es
complicado.
Sin símiles de moda de
por medio, también creo que un escritor de verdad debe ser un todoterreno. Si
sabes trabajar la madera lo mismo te da hacer una silla que una mesa, lo mismo
tú quieres hacer una mierda de mueble descalzador de esos que no valen para
nada, pero si eso no le interesa a nadie se quedará en tu hobby o tu frikada.
Escribir es un oficio,
aunque alguien que me conoce bien dice que es una vocación y que las vocaciones
son fastidiadas, igual que los principios, las creencias y las ideologías.
Me sorprendió que Athman
M. Charles me invitara a participar en la antología No eres bienvenido, no
porque yo no me considerara a la altura, sino porque el proyecto desde el
principio estaba dirigido a la temática de terror. Había bastantes nombres allí
de los que se pueden decir especializados en ese campo; Raelana Dsagan,
Santiago Pérez, Uriska Serrano o Francis Cuevas.
Yo lo de los géneros y subgéneros lo entiendo poco, por eso se
me mezclan las características definitorias de varios de ellos en mis escritos
(esto quiere decir que se me pira el higo de la higuera, creo) pero si no
estuviera segura de poder crear un nudo, argumento y desenlace dentro de una atmósfera determinada y un escenario concreto, pues lo mismo no me habría dado
por pelearme con las letras y me dedicaría en exclusiva a mi otra gran pasión:
la cata sistemática y compulsiva de postres trufa.
No es la primera vez que las circunstancias me obligan a salir
de mi prosa de rubia y adentrarme en terreno inexplorado, pero esto siempre
acojona un poquito. También estaba el tema de que en toda antología surgen
comparaciones entre los relatos y autores incluidos en ella y, joder, en esta
hay gente que sabe lo que se hace, como Miguel Aguerralde, Alberto Guerrero, A.
M. Caliani, Daniel P. Espinosa, David Pardo, Macu Marrero, o Alicia Pérez.
Luego existía un problema gordo intrínseco mío; el cuento debía ambientarse en
un pueblo americano, a poder ser, contemporáneo. Ju, para mí el Mundo y la
Historia se terminan en el Mare Nostrum cuando Roma era invicta y se
desayunaban el garum igual que ahora nosotros la nocilla. Todo lo de después son
spin offs.
Me tocaba caminar con
zapatillas deportivas cuando yo soy de tacones. Pero, en fin, esto es un
oficio, ¿no? Y hay herramientas que te pueden ayudar a hacer el trabajo. Solo
las nenas bien pueden permitirse el dudar, así que, ¿quién dijo miedo?
Pues lo ha dicho La Pastilla Roja, una editorial pequeñita y
valiente que os ofrece esta recopilación de terror, coordinada de manera
admirable por David Rozas y con prólogo de Raúl Ansola. Trece visiones de
lugares en los que no querrías encontrarte, trece ideas sobre el concepto de
«pueblo maldito» en el formato de fácil lectura del relato. Con un muy buen
nivel de argumentos y calidad técnica. Vestida a todo lujo por ilustrador Néstor
Allende.
Creo que os van a gustar; espero no decepcionar. Un placer para
mí haber participado y un honor poder firmar al lado de los otros nenes y
nenas. Ahora, como siempre pasa con esto de los libros, la última palabra la
tenéis los lectores. Disfrutadlos… o no o… bueno, lo qué coño se diga en esto
de los miedos.
364 páginas | Rústica. Ed. La Pastilla Roja | 0.30 kg
Me ha dicho Connie Jett que la siguiente en publicar es ella, que
tiene pocas vacaciones la pobre y anda muy liada entre la playa, la piscina y
la discoteca. ¡Aiiiiiing, criatura!
Lo que no dice la rubia es que servidor había tenido ocasión de leer alguna cosita suya , fuera de los romanos y las "cosas estas de chicas XD" y sabía de antemano que la nena no solo sabe escribir, si no que además, cuando quiere le sale una vena yankee que se ajustaba como un guate a lo que estábamos buscando.
ResponderEliminarMuchas gracias, moza. Un placer haber trabajado contigo en este proyecto y por tener a este calvorota que viste y calza como amigote... ;-)
Me quedan un par de historias para acabar el libro, y por lo pronto, tu relato es uno de los q más me han gustado. Y dentro q la temática va marcada de antemano, tu historia se desvincula un poco del típico pueblo maldito. En resumen: felicidades, te seguiré la pista ...y q narices: olé tú por ayudar a desmitificar q las rubias no somos tontas!!!
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