Esto de tener un novio y un trabajo nuevo, la verdad es
que no me da tiempo a nada… ¡lo siento!
Sigo intentando sumergirme en aventuras antes de los
treinta, que por cierto cada vez queda menos…
¡Dos meses! ¡Voy a llorar! Y no de alegría claro, quiero ser una veinteañera for ever.
Encima mi forzado y nuevo corte de pelo, ¿os acordáis que la inepta de la peluquera me quemó media melena rubia?, pues dicen que parezco más mayor.
Yo me siento de venti y pocos, ese es el mi entusiasmo que exulta felicidad y no se resigna.
¡Ah! El nuevo trabajo, estoy en prácticas, un mes de prácticas y me convertiré en administrativa oficial. ¡Vaya, qué suerte!
No me mola, quiero tirarme de la ventana cada vez que abro mi oficina y saludo cortésmente a mi nueva compañera.
No tengo nada en contra de ella, soy yo que después de meses ¡y qué intensos! se niega a volver a la vida normal, o como diría Irene a la real.
Hace unos días me envió al archivo a ordenar unos ficheros, se cree la mandamás porque soy la nueva, y por ahora no me he revelado, por ahora.
Me fumé un cigarrillo a escondidas y ordené los ficheros alfabéticamente. Tanta era informática y ese despacho olía a antigüedades.
Ana, se llama mi compañera, que nombre más clásico, como ella eficiente, ordenada y aburrida.
No tengo nada contra ella, ¿o sí?
Pues, mi trabajo de administrativa es pesadísimo y por ahora me encuentro bajo presión por parte de una colega que no sé si me espía.
―¿Cómo ha ido? ―preguntó José, que ha venido a recogerme.
―Voy a vomitar ―respondí en broma.
―Si no te gusta, lo dejas, cariño. Ya encontrarás otra cosa.
―¡Tú ves el noticiero Jóse, no puedo dejarlo! Además no creo que pase la prueba.
―Necesito una persona que me ayude en video club. ¿Te apetecería ser mi dependienta?
―¿Serás un jefe malo? ―pregunté con picardía.
―Todo te parece una broma, rubita.
―No, Jóse, mil gracias, pero mejor no mezclar el trabajo y el amor, nunca resulta bien…
―¿Amor? ¿eres tú?
―¡Qué bobo eres!
Por la noche planeo un plan maquiavélico para descubrir
si Ana es una compañera fiel o es una especie de soplona de la empresa. Si algo sale mal me tocará aceptar la propuesta de Jóse...
Veintitodos guapa...no quites años. Mezclar no es bueno, salgo que mezcles proposiciones decentes e indecentes jejeje
ResponderEliminarTambién puedes ser ambas cosas, y hacerte una triple vida...aunque al final, supongo que debe ser muy cansado...jeje
ResponderEliminarUn abrazo :)
hahaha, que buena eres
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