— Mira que tienes preguntas
estúpidas, pero esta se lleva la palma, no sé cómo te aguantamos, ¡rubia de las
narices! — Dijo cabreada Karol mientras ojeaba una revista de arte.
— No solo es una pregunta, es ¡la
pregunta! Vosotras no sabéis lo que significa y la importancia que tiene saber
la respuesta, y si lo pensáis un momento seguro que os decidíais, pero el
problema llega cuando te la hacen y no tienes tiempo de pensar la respuesta, y
luego puedes arrepentirte el resto de tu vida de la decisión apresurada que
hayas tomado— contestó Irene afilando uno de los cuchillos de la cocina para
usarlo después con la carne que echaría a la olla.
— Miradla, en serio se piensa que
es tan importante y trascendental la puta pregunta, esta chica cada día está
más grillada— siguió So refiriéndose a Irene.
— Es importante, creedme.
— Yo lo que digo es que no es una
pregunta que se le tenga que hacer a las mujeres, eso hay que preguntárselo a
los hombres, aunque tampoco veo con qué motivo, la verdad— dijo Alicia mirando
por la ventana y desnudando con los ojos al vecino de enfrente.
— Yo ya lo he decidido, mi
respuesta es: tetas— contestó Regina, dejando al resto de amigas con la boca
abierta—. No me miréis así, si hay que contestar, contesto.
— No vale, tienes que especificar
el porqué de tu respuesta— dijo Irene ahora más animada al ver que una de ellas
le hacía caso.
— ¡Encuesta, encuesta! Yo también
quiero, me encantan las encuestas, ¿qué hay qué contestar? — Preguntó Connie al
entrar al salón.
— No es una encuesta, es una sola
pregunta y ni siquiera tiene sentido, así que no te emociones rubia— dijo So
mientras se acercaba a la ventana por petición de Alicia.
— Connie, la pregunta es la
siguiente: ¿Qué prefieres, culo o tetas? — Dijo Irene con una sonrisa en los
labios.
— Ah, pues sí que es una pregunta
rara, pero yo prefiero culo, por supuesto— contestó Connie mientras se le
arrugaba la frente al concentrarse.
— Y ahora me tienes que decir porqué
elegiste culo.
— Pero ¿en serio le estáis
siguiendo el juego? — Dijo Karol acercándose a So y Alicia.
— Pues sí que está bueno, sí— habló
So.
— Ya te digo y además con algo
dentro de la cabeza y los pantalones, espiritual…— siguió Alicia.
— Claro, es mejor estar mirando
al tipo de enfrente que hacerme caso y contestar una pregunta sin importancia— se
cabreó Irene con sus tres amigas asomadas hasta la cintura por la ventana.
— Pues yo creo que las tetas son
más llamativas, supongo que por eso he respondido tetas, además el culo pasa
desapercibido muchas veces, más si estás sentada, pero las tetas…— dijo Regina en
esos momentos.
— Yo creo que no, un buen culo,
es un buen culo, sujetadores que te pongan las tetas grandes y en su sitio hay
miles, pero si tienes el culo fofo no lo soluciona ni una escapada al monte más
alto y empinado— le debatió Connie.
— Pero es que esa no es la
mentalidad, va mucho más allá de lo que pensáis, es mucho más profundo el
razonamiento— dijo Irene, concentrada de nuevo en su juego.
— Menudos músculos tiene el
pobrecito, ¿seguro que no es de esos que se miran más al espejo que a la chica
que tienen en frente? — Preguntó Karol mientras babeaba por el vecinito.
— Las tetas son las tetas nena,
si las tienes igual que dos higos chunbos no hay sujetador que solucione eso— dijo
Regina tocándose las suyas con ambas manos.
— Eso es porque no conocéis los
pantalones colombianos, ahora vienen también con Push-up para realzar las
nalgas, así que con ambas cosas se engaña al personal— dijo So sin mirar dentro
de la habitación.
— ¿Pero se puede saber de qué
coño estáis hablando? Que la pregunta no iba por ahí, si es que hay que contároslo
todo, ains…— suspiró Irene frustrada.
— Y dices que solo tiene
veintiocho añitos, vaya, pues parece mayor, no mayor de viejo, si no más
maduro, tú me entiendes— siguió Karol a lo suyo.
— Espera que os traigo uno de los
pantalones que me compré el otro día, creo que es de esos que habla So, porque
me sienta como un guante— Connie salió hacia su dormitorio como un rayo.
— Sí, lo cierto es que es muy
formal y elegante, con esos jerseys de cuello alto y los pantalones de vestir,
pero si se tiene que poner en plan fiera… vamos que no duda en hacerte el helicóptero él solito— aclaró Alicia.
— Os lo explicaré de una manera más
sencilla—cortó Irene la conversación de sus amigas—, imaginad que hay que elegir qué órganos o partes de vuestro cuerpo donar, o
que os rapta un degenerado y os dice que vais ha cortar un trozo de vuestr carne, al
más puro estilo del Mercader de Venecia, quizás os propongan acostaros con otra
tía y ella os da a elegir qué meteros primero en la boca, o puede que sea un
hombre el que quiera jugar con vuestro cuerpo y la regla del juego diga que
solo lo puede hacer con una sola parte de vuestra anatomía; ahora pensad que
sois hombres, y vuestras parejas/mujeres/amantes os dicen que podéis entreteneros lo que quieras con ellas, pero solo con un rinconcito, dándoos
a elegir los pechos o el culo. Total, que saber qué parte es la más importante,
la que más os gusta, la que más os excita, os duele, os preocupa, o lo que sea,
es algo primordial, así que pensad bien la respuesta porque en cualquier de
esas hipotéticas/ficticias/probablemente imposibles situaciones, tendréis que
saber muy bien lo que escoger, culo o tetas.
Las cinco amigas de Irene se
quedaron paralizadas, con la boca y los ojos muy abiertos, contemplando
a la rubia con preocupación y sorpresa. Definitivamente había perdido la cabeza
por completo.
En esos momentos el timbre de la
puerta sonó y al ver Irene que sus amigas estaban en estado de shock, fue ella
hasta la entrada. Un hombre alto, musculoso y moreno la miraba de
arriba abajo, reparando en el cuchillo que la rubia tenía en la mano.
— Hola, guapetón, si quieres
entrar deberás escoger entre culo o tetas. ¿Qué me cuentas, nene?
El chico tartamudeó unos segundos
y dijo con palabras entrecortadas:
— Yoyo… soso lo… veve nía… a bubus
car… a Alicia.
— Pues o te decides por las tetas
o el culo, o aquí no entras, preciosidad.
Quería aprovechar este espacio para dejar una pequeña
información personal, por si a alguien le interesa :D
Este próximo lunes día 3 de junio, estaré firmando mi libro “Sé
que estás ahí” en la Feria del libro de Madrid, en la caseta número 118 de la
Librería Marabunta, de 18.00
a 19.00 horas, para los que quieran pasar a verme un
ratito.
Muchas gracias amores y feliz semana!!!
Zumbá no..., lo siguiente tampoco..., lo plus ultra se acerca pero se queda corto..., tas como una regadera XD
ResponderEliminarLa cuestión que planteas, se acerca a una duda existencial que el hombre se plantea desde que es hombre... y yo, a mis taytantos años, aún no he alcanzado respuesta alguna. Espero que algún día pueda resolverla... y te lo cuento.
ResponderEliminarBesos.
Lo bueno de ser hombre es que con mi única neurona activa no puedo plantearme disyuntivas, así que ... como todo, una cosa detrás de otra :P
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