jueves, 16 de agosto de 2012

Encuentro en tacones. ¡Que quiero ser rubia!

Hacía más de media hora que no se escuchaba nada dentro de la casa, ni voces, ni susurros, ni golpes. Alicia estaba tranquila y a gusto en la cama, pero necesitaba beber algo fresquito que le quitara el sofoco de una noche claustrofóbica de mediados de agosto.  
Alicia puso un pie en el suelo y, cuál fue su sorpresa, al darse cuenta de que tenía los tacones puestos. El golpe seco que produjo el taco metálico en la tarima, la dejó descolocada “¿Me he acostado con la ropa puesta?” Pensó por un segundo.
Se incorporó por completo y contempló su reflejo en el gran espejo de su habitación.
— ¡¿Qué coño es esto?!
Parecía que los ojos se le iban a salir de las cuencas a causa del asombro, tuvo que taparse la boca para no dar un grito a pleno pulmón.
Frente a ella se exhibía la imagen de una Alicia cambiada por completo. Llevaba unos tacones plateados y brillantes, su morena melena estaba adornada con dos coletitas a ambos lados de la cabeza, y vestía un ceñido mono de cuero rosa con cinturón a juego con los zapatos, uno de los trajes más provocativos que había visto jamás. Ella no se había puesto aquel atuendo antes de acostarse.  
Se acercó al espejo un poco más, quería comprobar qué era aquello raro que observaba en su rostro.
— No puede ser, pero… pero… ¡¿Qué me ha pasado?!
Alicia comprobó estupefacta que sus ojos habían cambiado, ya no eran esos grandes y expresivos que siempre la acompañaban, ahora los tenía rasgados, del mismo color pero con una forma diferente.
— ¡Ostras! ¡Pero si soy china!
Salió de la habitación corriendo (todo lo que podía correr con aquellos tacones de vértigo) y al cruzar la puerta, descubrió que su atuendo y sus ojos no eran lo único que había cambiado.
— ¡Chicas, despertad, por favor, venid ahora mismo! — Gritaba desesperada sin poder mover los pies del suelo, como si se le hubiesen quedado soldados a la madera.
So, medio zombie y tambaleándose por el pasillo salió a su encuentro, restregándose los ojos y bostezando incontroladamente.
— ¿Qué coño pasa? Nena, que necesito dormir, esta semana será un caos en el trabajo.
— ¡Ay va! Pero, ¿tú te has visto que pintas tienes? — Decía Alicia a su compañera de piso.
— No recuerdo haberme acostado vestida, pero no sería la primera vez que… ¡¿Qué cojones es esto?! — Gritaba So, mientras se tocaba y miraba las puntas del pelo.
— ¿Vosotras también? — Decía en ese instante Irene que llegaba corriendo y con cara de susto al salón.

So miró a Irene con su pelo moreno y sus ojos achinados, dándose cuenta en ese instante de que a Alicia le pasaba lo mismo en la cara y, temiendo que fuese algo colectivo, se fue a mirar al espejo.
Todas las chicas se reunieron en la habitación. Todas tenían las mismas pintas: trajes rosados y pelo teñido de moreno, sin contar que a todas se les había puesto cara asiática.
— Esto no tiene puta gracia, ¿qué hiciste anoche Regina? — Voceaba So mientras se tocaba los ojos y parpadeaba rápidamente frente al espejo de la entrada.
— ¿Yo? ¿Por qué yo? No he hecho nada. La broma del tinte mientras dormíais fue una tontería; menudo follón. Te juro que estoy tan sorprendida como tú.
— Pues quiero mi pelo exactamente como antes. Me ha costado mucho dejarme ese color rubio tan bonito. ¡Mierda! ¿Qué leches ha pasado aquí? — Seguía So, mientras intentaba buscar mentalmente una explicación.
— Oye, pues a mí me queda genial, estos ojos resaltan mis pómulos y el color moreno de mi pelo no ha cambiado, pero está más brillante que antes— Contestaba, para sorpresa de todas, Karol.
Las seis amigas deambulaban taconeando por la estancia, haciendo aspavientos y sin creer lo que les estaba pasando.
De repente, un golpe fuerte impactó contra la ventana. Se quedaron paralizadas en el acto y, como por arte de magia, el ventanal se abrió, dejando paso a una ventisca que las hizo tener que sujetarse a lo que más cerca tuviesen.
La ventana se hizo cada vez más grande, arrancándose trozos del marco y la pared, hasta que todo el panel salió despedido por los aires, succionando también a las seis mujeres que, con aquellos tacones, no podían sostenerse y aguantar la fuerza del aire.
Ninguna de ellas sabía qué era lo que estaba pasando, acababan de ser tragadas por una especie de agujero negro.
Despertaron dentro de una habitación llena de espejos y carritos con barras de las que colgaban infinidad de coloridos vestidos.
— ¿Dónde estamos? — Preguntó Connie, mientras seguía sin creerse lo que reflejaba el espejo de uno de los tocadores.
— Parece el tocador de una artista— dijo Regina manoseando los vestidos expuestos y perfectamente planchados.
— Esto es muy raro chicas, yo estoy acojonada del todo. Nos han cambiado la cara y el pelo, nos han vestido como putillas del futuro, y para colmo, estamos encerradas en un sitio que no había visto en mi vida. ¿Podéis oír la música vosotras? — Preguntó Alicia mientras intentaba girar el pomo de la única puerta que tenía la habitación.
Nada más terminar de decir aquella frase, unos golpes en la puerta sobresaltaron a las chicas, y una voz grave se escuchó tras ella.
— ¿Preparadas? Os quedan cinco minutos para salir.
— ¿Salir? ¿Dónde? Esto no me gusta ni un pelo. ¿Qué coño está pasando aquí? — Dijo Irene mientras se agarraba a Connie de la cintura.
— Tomadlo como un juego, yo es que me parto de la risa, ¡parecemos las Spice Girl!
Todas miraron a Karol entrecerrando los ojos un poco más, hasta convertirlos en pequeños arañazos en sus rostros.
— La Karolita se nos ha vuelto loca de remate. Miradla, pero si está todo feliz con eso de que nos hayan secuestrado— decía Alicia, que no dejaba de girar y girar el pomo de la puerta y dar golpes para abrirla.
— Les voy a poner una denuncia que se les van a caer los huevos al suelo. ¡Quiero mi pelo exactamente como estaba antes! — Reivindicaba So toda enfadada.
La puerta del vestuario se abrió de golpe y Alicia cayó al suelo, dando con el culo sobre unos trajes tirados en él.
Seis chicos vestidos de traje chaqueta y guapísimos, las miraban con cara de asombro.
— ¿Todavía sin terminar, señoritas? Los fans las esperan y si no salen pronto tirarán el escenario abajo— dijo uno de ellos al tiempo que ayudaba a Alicia a incorporarse.
Alicia se quedó mirándole fijamente, solo le faltaba el hilo de baba colgando de la comisura. El chaval era muy guapo y sexy, y ella intentaba recordar cómo era eso de respirar. 

Las chicas dejaron las preocupaciones ipso facto, mientras seguían, sin saber muy bien dónde, a los modelos de Armani que avanzaban por pasillos largos y estrechos. La música se escuchaba cada vez más alta, y cada uno de ellos ofreció a las seis amigas su brazo para salir a escena, juntos y agarrados.
So miraba al chaval que le había tocado, sin duda un hombre de los que salen en las portadas de las más estilosas revistas, pero internamente no podía sacarse de la cabeza su cambio de look. No le gustaba llevar el pelo oscuro.
Connie, sonrojada, intentaba apoyarse en el hombre para no caerse de los tacones, mientras él le regalaba sonrisas que escondían otra clase de acercamiento.
Alicia había dejado de pensar hacía rato, el moreno que le acompañaba la sujetaba de la cintura y le decía palabras cariñosas al oído, infundiéndole confianza, al tiempo que le preguntaba mil veces si se había hecho daño, disculpándose por ser el culpable de su caída.
Regina intentaba no mirar a su acompañante, sabía que la estaba comiendo con la mirada, pero prefería ignorar ese detalle. Sabía que no se podría controlar de haber un acercamiento más íntimo.
Irene pasó la mano derecha por la cintura del rubio a su lado. Él apretó el agarre un poco más y capturó su mano, deslizándola por la espalda hasta llegar a sus glúteos. En esos momentos, la estrenada morena, estaba feliz sintiendo la firmeza de aquel hombre bajo su palma.
Karol sintió el aliento de su compañero en el cuello y, sin dejar de sonreír, le agarró de la mandíbula y le plantó un morreo en la boca, que él recibió encantado. Andar de aquella manera era complicado, pero ella estaba segura de que debía aprovechar el sueño antes de despertar de la fantasía.
Unos minutos después, todas las parejas llegaron a un amplio y luminoso escenario, donde los focos cegaban las miradas achinadas de las seis amigas. La preocupación entró en sus organismos y algunas de ellas empezaron a recular, dando marcha atrás para no salir a lo que les esperase allí fuera. La cosa no pintaba bien.
— Mira guapo, no sé qué se espera de nosotras, pero no tenemos ni idea de cantar, te lo aseguro— dijo Alicia al hombre que le acompañaba.
— Lo haréis perfectamente, como en los últimos diez conciertos, ya lo verás. Y cuando termines te estaré esperando, cariño— el chico le guiñó un ojo y le dio un pequeño beso en los labios.
Al parecer, su “amistad” era mucho más intensa de lo que se imaginó Alicia en un primer momento. Alentada por aquel hombre, sacó pecho y se dirigió hacía sus compañeras, que la miraron estupefactas.
— Ni se te ocurra decir lo que estás pensando, guapa— dijo So con cara de pocos amigos.
— ¿Qué? Yo estoy con ella, vamos a dar caña a esta gente, será divertido— contestó Karol mientras se colocaba las tetas dentro del traje de cuero.
— Yo no canto ni en la ducha, ¿queréis que nos tiren piedras o algo así? — Contraatacó Irene mientras seguía manoseando al chaval.
— Creo que me voy a hacer pis de los nervios, vámonos a casa, por favor— decía Connie a punto de llorar.
— Chicos… ¡empujad! — Ordenó Alicia, y los hombres arrastraron a las seis morenas a la pista central del auditorio.
Las voces empezaron a sonar solas, y ellas, aturdidas, intentaban seguir con los labios el tono de la canción. El play back estaba funcionando perfectamente. Nadie se daba cuenta de que ellas no cantaban; cuando llegaba el estribillo mostraban la cara al público y alardeaban de entonar correctamente las canciones, en el resto de la melodía, se daban la vuelta o se ponían a bailar con los chicos, que las manejaban como a marionetas de trapo por todo el escenario.
Después de cinco canciones, y un baile muy sensual de Karol sobre una de las plataformas más altas, terminó lo que les había parecido el concierto más largo de sus vidas.
Se despidieron del millar de personas que había congregadas, Alicia incluso tiró varias botellas de agua al público que, exaltados, agradecían el gesto de sus divas.
Los apuestos caballeros las acompañaron de vuelta al camerino, y tras varias efusivas despedidas por parte de Irene, Karol, Regina y Alicia, se alejaron prometiendo volver pasada una hora.
— Le voy a dar a este lo suyo y lo de su tía— decía Karol mientras se refrescaba en el baño del camerino.
— Si os digo las burradas que me ha dicho en mío al oído, mojáis las bragas nenas. Además está como un queso, ufff.....— resopló Irene, que esperaba para usar el baño.
— ¡Que me quiero ir de aquí ya! — Gritó So.
En ese momento la pared de los tocadores empezó a temblar, como había pasado en el salón de su casa. Todas miraban atónitas el movimiento de las luces y el explotar de ciertas bombillas. El muro se empezó a resquebrajar por diferentes partes hasta formar un agujero negro que se lo iba tragando todo: los vestidos con sus perchas, los utensilios sobre el tocador, hasta las butacas que, soldadas al suelo, fueron arrancadas de cuajo.
Algunas de ellas se sujetaban con uñas y dientes a todo lo que podían e intentaban avanzar hacía la puerta de salida, pero Connie y So, las empujaron con fuerza dentro del torbellino, hasta que no quedó ninguna.

***

Alicia despertó cubierta de un sudor frío y pegajoso, le costaba respirar y sentía presión en el pecho. Cerró los ojos con fuerza y en cuanto recordó lo que había soñado, se incorporó con rapidez de la cama. Estaba vestida con su pijama de ovejitas azules y no llevaba los tacones puestos, sus ojos en el espejo eran como siempre los había tenido y, sin poder evitar trastabillar por la habitación, salió fuera para contarles a sus compañeras de piso lo que había soñado.
Allí estaban ya todas reunidas, exceptuando a So, que aún se encontraba en su cuarto.
— No os vais a creer lo que he soñado. ¡Joder! Si es que ha sido tan real que me dan escalofríos.
— ¿Qué, monos rosas y ceñidos conjuntados con ojos asiáticos? — Preguntó levantando una ceja Irene.
— ¡Ostras! ¿Vosotras también?
— Sí guapa, nosotras también, llevamos aquí un rato intentando encontrar una explicación. Supongo que tener sueños en grupo es algo que no pasa habitualmente. Vaya sueñecito que nos hemos marcado— decía Regina mientras consolaba a Karol, que lloraba sentada en el sillón.
— ¿Y a esa qué le pasa? — Preguntó Alicia señalando a Karol con el dedo.
— ¡Yo quería mi regalito! Aquel morenazo de ojos azules me dijo que tenía un regalo para mí. ¡Quiero mi regaloooo!
— No te pongas así, que ha sido bastante divertido, además hemos recuperado nuestro color de pelo y forma de ojos. Está bien como experiencia, pero prefiero verme como hasta ahora. Mi peor sueño fue la vez en la que me convertí en hombre, con la verga más grande que podáis imaginar. En el sueño iba al cuarto de baño y no podía hacer pis porque no me cabía la cosa por ningún lado. Aquello sí que fue sufrimiento… Lo de hoy… echaré de menos al “melocomoconropapuesta” que me ha tocado.   
— Venga chicas, que ha estado muy bien, una experiencia extraña pero divertida, jaja— rió Regina dando un cachete en el brazo a Connie, que no había sonreído en todo el rato.
— ¿Divertido? ¡Que quiero ser rubia! — Gritó So, al tiempo que entraba en el salón, con su forma de ojos de vuelta a la normalidad,  y un esplendido y brillante color negro en su pelo.  







Y mañana viernes no te puedes perder "¿Qué hacer antes de los 30?" Con Connie Jett.



20 comentarios:

  1. Jo..., tía..., osea..., que vaya historias te sacas de la cocorota..., si por poco voy y me pongo a gritar "yo tambien quiero ser rubia!".

    Pero que mala malita malosa que eres, que vas y volveis todas despues del concierto pero ANTES de lo que prometía ser una juerga de las que no se pueden contar.

    Till next week, preciosa!

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    1. Bueno mi ranita, es que ya sabes que estoy más payá que pacá ;PPPP jejejejejej pero me alegro mucho que te haya gustado mi historieta (lo de después te lo cuento por privado que luego todo se sabe) jejeje
      Un besote cielo mío y nos vemos la semana que viene ^^ Guapo!!!!!!

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  2. Irene es genial esta entrada, me parece fantabulosamagicañera!!!! Menudo viaje!!!! me encató, me encantó, Felicitaciones y toca volver a celebrar y beber de lo mismo!!!!

    Besos mi cielo!!!! Chapó!

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    1. Gran palabras esa de fantabulosamagicañera, no sé si me acordaré de reproducirla tan bien dicha en próximas veces, pero me la apunto jejejeje Tú si que eres la caña limonera nena, que me has dejado muerta con el intrusismo en esa boda, ains... que te como toaaaaaaaaa :D

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  3. jajajajaja que risas
    muy, muy divertido. Te los curras de lo lindo, vaya que si.
    Un besazo, irene

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    1. Mil gracias mi Doc, si es que tenía la idea metida en la cabeza desde hace tiempo, siempre me resultó interesante saber qué se siente al ser una delgaducha y pequeña chinita, ahora ya me he quedado más tranquila ^^ Un beso mi chico :D

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  4. Oich... qué ansiosa ansiedad por volver a ser rubia y normal. Lo de participar en un concierto me ha encantado y que sea en play-back y no haya que esforzarse mucho, más todavía. Bravo por ese sueño tan realista, hermana. Si te digo que hasta yo me lo he creído...

    Regina Roman

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    1. Cómo no te lo vas a creer con lo bien que nos lo pasamos, que las despedidas con los chicos he omitido detalles pero fueron colosales!!! jejejeje Un beso mi Regi, si es que no puedo escoger a mejores compañeras de juegos ^^

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  5. Jajajajajajajaja.

    No la había leído antes. Me encantaaaaa. De china no me veo, pero de Spice Girl, claro que sí.

    Me ha encantado, rubia. Y que sepas que a veces me pongo coletillas. Jajajajajaja

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    1. Eeeeeeehhhh!!! Yo quiero esa fotaza de mi Ali con coletitas, estaré petandote el mail hasta que me la mandes jejejjeje Me alegro un montón que te haya gustado mi cielo, un beso de los grandes y que dejan marca, guapaaaaaaaaa!!!!!!

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  6. jajajajajajajaja!! Buenísima entrada!! Os voy siguiendo a todas y sois cada una mejor que la anterior!! Enhorabuena, chicas!!!!

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    1. Joo, muchas gracias Montse, me alegra muchísimo que te haya gustado nuestra pequeña aventura, a saber en qué lios nos metemos la semana que viene jejejeje Un beso corazón y gracias por dejarme unas palabritas, eres un amor!!!!

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  7. Muy graciosa, aunque no sé si tus compañeras perdonarán que dejases de contar su historia cuando llegaba el premio xD Estás mejor así que de asiática, seguro. Y vaya hombretones que te pides siempre ;)

    Un abrazo :)

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    1. Bua, esos hombretones es por dar caché al relato, a mí ya sabes que me gustan en la vida real mucho más veridicos y manejables, si se tienen que romper estos cuando les vayas a hacer lo de.... jejejjejej Un beso mi Explorador, que guay que te haya gustado mi historia, ya sabes que tengo una mente muy extraña, y que conste que no estaba dopada cuando lo escribí jejejeej

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  8. Jajajaja, como me alegro de haber descubierto este sitio, no lo sabía, como llevo una temporada desconectado...
    Cómo me gustan tus textos, doctora. Es buenísimo, totalmente lisérgico. Eso sí, siento que os quedaseis sin la guinda de la tarta ;)
    Besos.

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    1. Mi Julioooooooooo!!!! Jo que alegría me ha dado verte por aquí, ya sabes que yo en agosto tambien estoy desconectada, hoy he pasado por aquí unos minutitos para poder contestaros a todos jejejeje Y que bien que te guste nuestro rincón, te puedo asegurar que todas y cada una de las entradas son inmejorables, mis compañeras son las mejores del mundo mundial ^^ Menudo grupo que he tenido la suerte de encontrar :DD
      Besos mi vida y pasa un verano estupendo, que te lo mereces todo cariño :D

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    1. Muchísimas gracias mi Leila, como siempre es un placer enorme verte por aquí y me alegra mucho que te guste mi ida de pinza de esta semana ^^ Un beso muy fuerte corazón!!!

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  10. Hola irene enhorabuena por esta iniciativa de compartir tus historias.

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    1. Muchas gracias corazón, me alegra que te haya gustado, eres un sol ^^ besossssss

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