Las seis chicas estaban en la cornisa
del edificio Pentagrama. Allí, desde las alturas, cada una inspeccionaba una
zona diferente de la ciudad.
— ¿Os acordáis de la película de
“Los increíbles”? Estoy de acuerdo con eso de no llevar capa, además, da un
calor de narices— decía Connie despegándose la tela de las piernas.
— La próxima vez hacéis los
trajes vosotras, me tenéis harta de tantos cambios de vestuario—contestó
Regina, cruzando los brazos bajo el pecho, malhumorada.
— A mí me gusta, resalta mis
tetas que no veas— sonreía Karol.
So, que intentaba no hacer caso a
las conversaciones, miraba con los prismáticos la zona más alejada de la
ciudad, donde se encontraban los almacenes y viejas fábricas de carga y
descarga del muelle.
— Creo que he visto algo—dijo en
esos momentos cortando la conversación sobre trapitos.
Todas dejaron su puesto y se
aproximaron a la parte norte del edificio, para comprobar a qué se refería So.
— Déjame ver—dijo Alicia, quitándole
a So los prismáticos de las manos—, yo no veo nada, ¿dónde tengo que mirar?
— Allí—señalaba So con el dedo— donde
la calle principal se bifurca hay un resplandor.
— Serán las luces nocturnas que
dejan encendidas en la fábrica— observaba Irene, con el dorso de la mano sobre
la frente para centrar mejor la vista.
— Las luces de emergencia no
centellean y éstas sí que lo hacen— aseguraba Regina, en su turno de prismáticos.
Todas sabían lo que tenían que
hacer, eran ya muchos los años que llevaban juntas en la tarea de salvaguardar
la paz. El grupo de heroínas habían recorrido medio mundo persiguiendo a su Némesis. Aquella ciudad era el último
paradero conocido donde los periódicos apuntaban sus maldades encubiertas, leer
entre líneas era su especialidad y estaban seguras de no equivocarse esta vez, por
fin lograrían capturar al cabrón que tenía en jaque a todo un país.
Abandonaron la azotea saltando de
un edificio a otro con naturalidad, daban saltos imposibles acercándose cada
vez más a la zona del muelle. Pronto llegaron hasta el inicio de la calle donde,
fábricas grises y oscuras les saludaban con indiferencia.
Connie sacó de su cinturón un
cartucho de tinta especial y pintó una de las fachadas con él, repitiendo la
tarea cada trescientos metros, asegurándose así, que nadie las sorprendiera por
la espalda.
Karol empuñó su arma, una catana
de más de doscientos años, forjada en el acero más fuerte que pudiera existir y
que había desmembrado y amputado centenares de enemigos en su vida.
Alicia miraba su cartuchera,
comprobando que las estrellas estaban en su lugar, con las puntas afiladas y
listas para ser lanzadas.
Regina ajustó el cordel de cuero
a su muñeca, y cogió el látigo con fuerza entre sus dedos, el tacto del material
estaba frío, pero a ella le reconfortaba. Enrolló el resto de la cuerda metálica
y espigada en su muñeca. Miró decidida al resto de compañeras, esperando que So
diera la voz de alerta para comenzar el espectáculo.
So, ajustó el puñal en su cintura
y quitando el seguro a sus armas las empuñó con seguridad, eran dos relucientes
pistolas de culata plateada que habían dormido con ella todos y cada uno de los
días de su vida.
Irene seguía con la mirada a sus
compañeras; cuando vio que todas estaban listas, pegó un fuerte tirón del arnés,
ajustándolo sobre su cuerpo y asegurando que la ballesta que descansaba a su
espalda no se moviera. Por algún desconocido motivo no le gustaba sacarla de la
funda hasta el momento de utilizarla, curiosidad que al resto de amigas siempre
les pareció extraña, pero que en ningún momento produjo errores en su profesionalidad
al combatir.
— Connie, ya sabes— dijo Alicia
sin mirarla.
Connie se adelantó varios pasos y
se puso en medio del grupo, de manera que quedara protegida por todas las compañeras
de cualquier ataque.
Una fuerte explosión hizo
retumbar el suelo y las fachadas colindantes, rompiendo los cristales de varias
ventanas cercanas y por consiguiente, desperdigando cristales cerca del grupo
de chicas.
Karol se quitó del pelo algunos fragmentos
y frunció el ceño.
— Como me hayan cortado el pelo
se van a enterar de lo que vale un peine— dijo con fastidio.
— ¡Vamos! La jornada laboral
acaba de comenzar— dijo So en voz alta.
Corrieron por calles repletas de
contenedores y en pocos segundos llegaron al lugar de la explosión. Una nube
negra de humo se expandía con rapidez, dejando poca visibilidad, pero para
ellas no era ningún problema.
Las voces llegaron después,
transportadas por el aire y nítidas para sus oídos.
“Ya han llegado esas hijas de puta. ¡A por ellas!” Oyeron decir.
Una tropa de hombres uniformados
y con la cara tapada por mascaras negras, se abalanzaron sobre ellas, armados
con metralletas y disparando indiscriminadamente al grupo de féminas.
— ¡Connie! — Gritó Regina.
La aludida sabía perfectamente
qué hacer. Buscó con las manos a dos de las chicas, Irene y Alicia, que eran
las más próximas. En cuestión de segundos todo el escenario cambió, volviendo
la secuencia a cámara lenta, ralentizando a los hombres que estaban escupiendo
metralla sobre sus cuerpos.
Las chicas aprovecharon el don de
la rubia y se acercaron decididas a los atacantes. Regina ahogaba con la presión
de su látigo el cuello de aquellos enmascarados, dejándolos como vulgares
trapos tirados por el suelo. Karol usaba con maestría su espada samurai,
mientras descabezaba a los incautos que se atrevían a sobrepasar la línea imaginaría
que ella misma había impuesto. So descargaba sus armas contra aquellos
desgraciados que, perplejos, no sabían el porqué de la rapidez de movimientos
de las mujeres. Alicia, aún unida al tacto de Connie, lanzaba con una sola mano
las estrellas ninja, emitiendo un silbido similar a juncos atizados por el
aire, clavándose en las cuencas oculares de los hombres de rostros tapados. Irene
desenfundó su ballesta y con una velocidad inverosímil, traspasó con flechas
certeras sus cuerpos, como lo haría un cuchillo de filo caliente en manteca de
cerdo.
En tan solo un par de minutos habían
conseguido reducir a cero el grupo enemigo que, por la variedad de sus heridas,
aullaban de dolor tirados por el suelo, retorciéndose como lagartijas.
— ¿Y ahora qué? — Preguntó una de
las chicas.
— Busquémosle, esto solo ha sido
una maniobra de distracción— contestó Regina.
Una voz potente y enérgica las
sobresaltó.
“Muchas gracias por acudir, Barbies. Os estaba esperando”
Una gigantesca explosión iluminó
todo el lugar, haciendo caer al suelo al grupo de amigas por la honda
expansiva.
Tras el sonido atronador llegó la
calma y los gritos de Connie se oyeron cada vez más alejados de donde ellas
intentaban recuperar la estabilidad de sus piernas.
Connie sintió un trapo cubrir su
cabeza, amortiguando el sonido de sus gritos. Ahora se daba cuenta de que,
efectivamente, la idea de poner capas a sus trajes era una completa equivocación.
“CONTINUARÁ”
(Segunda parte AQUÍ)
Y no olvidéis que el lunes viene So Blonde con su "From my blonde mind"
wow! mi sueño hecho realidad! las taconeras justicieras!! jajajaajaja
ResponderEliminarmuy bueno, sigue asi, a ver como continua esta saga superheroica...
Besos!!
Como sabía yo que esta entrada te iba a gustar wiiiiiiiiiiiii, especialmente para ti mi principe ^^ besossssssss
EliminarMadre mía.. menudo espectáculo. ¿Barbies? jajaj Barbies de extrarradio como dice Melendi. Aunque lo de las capas tiene su aquello. Muy divertido Irene..Aunque me da que todas juntas soltando tiros y maporros debe ser pelin impactante para un humilde hombrecito de la calle como yo jajaja
ResponderEliminarManuuuuu, no te infravalores que tú puedes con todas nosotras (aunque no sea juntas) jejejeje para la próxima te meto en el ajo ^^ Un beso mi cieloooooo
EliminarOh, oh, ohhhhh..... si eso no me sube la moral, no lo hará nada más... y no digo solo por mis tetas resaltadas por las mallas, o por el pedazo espada samurai que me he arrendado (me siento como la versión menos rubia y más "kabrona" de Kill Bill), si es que como tú para hilar una historia tan increíble, no hay nadie más, mi chicaaaa^^
ResponderEliminarA ver qué les pasa a mis amazonas en la próxima entrega, si es que, de tanto cortar cabezas, me siento la reina de corazones, eso sí, sesera más pequeña, pechera más hermosa, y melena negra al viento porque yo lo valgo... ¡nosotras los valemos! XD
Y tras ese comentario más bien propio de mi estado comatoso y somnoliento, te dejo esos besos que solo a ti te los doy, ah, con apretón costillar incluido, con cariño, claro está...
Guapaaaaaaa!!
Mi Karol con una catana, si es que se me hace la boca agua y todo jejejejej Te quiero mi preciosidad, qué haría yo sin ti, mmmmm Guapa tú!!!!!
EliminarIrene qué no decir!!! Mujer es fantamegacañera la entrada (palabra q te dedico y que nació a raíz de tus relatos) porque hay q combinar letras aún inexistentes para describir tus maravillosas idas de pinza.
ResponderEliminarMe encantó, nosotras con superpoderes, es que me ha hecho más ilusión!!! Quiero ya la segunda parte y que unas tijeras mágicas nos corten las capas, que ya no se llevan, son peligrosas y no nos dejan presumir culotes!!!! Te quiero princesa!!!!!!!!!
Jjejeje, harás un diccionario con todas esas palabras que me adjudicas y yo encantada jejejejej
EliminarMe alegra que te haya gustado, ni te imaginas lo que te tengo preparado para compensarte el rapto ^^ Besos mi vida enteraaaaaaaa
De rubias con tacones estabais imponentes. Ahora de superbarbies con faldita estais de locura. Espero que el supervillano sea capaz de estar a la altura, aunque lo tendra dificil. Me pregunto si de esta historia se podria sacar un comic grafico..., ahi os dejo la idea...
ResponderEliminarAnda que no suena interesante esa idea que dejas caer, lo malo será encontrar ilustrador, que yo no sé hacer la O con un canuto jejejejej Si has disfrutado la entrada, yo que me quedo tan contentita mi ranita bellaaaaaaaaaaaaaaaa un besote amor ^^
EliminarEl ilustrador de AT sería una idea, y luego hay por ahí un tal CalaveraDiablo que parece que tiene cosas interesantes que mostrar (aparte de un plan para dominar el mundo junto a So Blonde, que esa es otra).
EliminarPor cierto, la frase "“Muchas gracias por acudir, Barbies. Os estaba esperando”" me suena de algo..., de que me suenaaaaaaa? :-)
Uuuyyyy, que ya sé que era jijijijijij (sí, lo sé, me lo dijiste tú ¬¬) pero ya lo se wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii :D
Eliminar¡Dios! Estrellas ninja!!!!!!!
ResponderEliminarYupiiiiiiiiiiiiiii
Ya ves, y anda que no se te da bien usarlas, que los has dejado a todos en el sitio !!!! jejejeje
EliminarUn besote mi Ali, guapa madre!!!!!!!!!!
Muy interesante todo, lo imagino con viveza. Socorro, me tienen atrapado. Rescatadme. Una por una ;P
ResponderEliminarUn beso :) y gracias por la diversión ;)
Eeeehhhh!!!! ¿Una por una? ¡¿Una por una!? ¿en serio? de eso nada, que tú eres solo mío, si hay que rescatarte, lo hago yo sola que mi ballesta da para mucho jejejejej
EliminarUn besote mi Explorador!!!!
Está muy bien, me he imaginado una estética de cómic a lo Kill Bill, una especie de killerbarbies, con mayas y cada una con una habilidad distinta
ResponderEliminarKill Bill es una de mis peliculas preferidas, esa fotografia y secuencias, las mezclas con los dibujos, cámaras lentas y demás me pirrian jejeje Vaya pedazo de halago que me ha hecho señor Emilio, si es que es para darte un bocao, guapo!
Eliminarcontinuará??? Y nos quieres dejar así durante toda una semana??? Eso no se hace, Irene... en pocas palabras, es una p....a!!
ResponderEliminarMi chico, que ya queda menos para esa tercera parte y el desenlace final, a ver qué sale de esta cabeza rara que tengo jejeje Un beso inmenso, y con sonido, de los que hacen succión :D
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