― Me hace tanta gracia, que poco más
y me tiro al suelo a reírme. A no, no puedo hacerlo porque
estamos metidas en una celda de dos por dos y el único espacio
libre lo ocupa el retrete que seguro no han lavado en la última
década. Te mato, rubia. Te aseguro que esa, me la pagas...
― No seas tan quejica. Te dije que te
controlaras, que no les hablaras así a los de seguridad, ¿y
me has hecho caso? Claro que no. Tenías que soltar toda tu
sabiduría sarcástica en contra de los dos securatas en
plan bolas de poder: ¡Toma, zas! ¿Qué pensabas
que pasaría?
― ¿En serio me estás
haciendo comparaciones de las tuyas a estas alturas de los
acontecimientos?
― A ver, morena, si nos preguntan
cómo hemos llegado aquí y les dices que volando, o
cuando te dicen que cómo hicimos para quedarnos dormidas les
contestas que cerrando los ojos y entrando en coma, ¿qué
narices creías que iban a hacer? Lo que me extraña es
que a mí también me hayan encerrado...
― Claro, porque como eres tan rubia y
dulce. Te recuerdo que fuiste tú la que le llamaste al
rellenito “bollicao 500” y luego le saltaste al cuello...
― ¡Lo hice porque te estaba
esposando, mal agradecida! Tendría que haber huido cuando se
distrajeron intentando controlarte.
― Si te parece les tendría que
haber dejado que siguieran interrogándonos como si fuéramos
ahí criminales.
― Nos encontraron dentro del
planetario a las dos de la madrugada, ¿qué esperabas,
morena?
― ¿Un poquito de solidaridad
humana? Me siento como la Stonne, pero sin banqueta ni cruzadas de
piernas.
― Más bien Glen Close en
atracción fatal... ¿te has vistos los pelos que llevas?
― Ah, tú
sigue arreglando. No diré nada del estado de tus peeptoes
negros favoritos. Yo si tú, no miraría hacia abajo,
rubia...
― ¡No, no,
no! ¿Qué coño es... Oh, Dios, creo que voy a
potar; dime que eso que tengo colgado del tacón no es papel
higiénico ni que tampoco está manchado de marrón.
¡Dímelo, por favor!
― Anda,
siéntate...
― ¿Dónde,
morena? ¿En el water? Ahí no pongo mi culo ni con traje
anti radiación.
― Eso no puede
estar pasando. Tenemos derechos. ¡¿ Me escucháis?!
¿Quiero hacer mi llamada? ¡Tenemos derecho a una
llamada! ¡Sé que me oís! Mañana mismo en
cuanto salga de aquí, se os va a caer el pelo. ¡A ti no,
bollicao, que ya no lo tienes!
― No creo que
estés ayudando demasiado, Jean...
― Anda, Cloe, baja
la cabeza, ponla entre las rodillas y respira hondo. Nos sacaré
de esa.
― Como respire
hondo muero, morena.
― Joder...
¡Tenemos que hacer una llamada! ¡Hey!
― No van a
venir... ya dijeron que hasta que no llegaran los de la oficina a las
ocho de la mañana nada...
― Pues que llamen
a la policía entonces, ¡¿me habéis oído?!
¡Llamad a la policía, que seguro les hará gracia
que estéis encerrando a dos mujeres en este agujero sin ni un
vaso de agua! Cuando salgamos de aquí, estos se van a cagar.
Son las cuatro de la mañana, ¡joder!
― Qué más
da la hora, Jean, las cuatro o las seis... Oh, no me lo puedo de
creer...
― ¿Qué?
― No te preocupa
estar encerrada aquí, lo que te jode, es que no podrás
hablar con la escritora esa rubia por skype. Tú...
― No empieces otra
vez, nena. Mira dónde os han traído tus celos de
hermana herida.
― No me cambies tú
de asunto.
― Mira, si me
preocupa alguna rubia ahora mismo, es la que nos ha contratado para
escribir críticas literarias, eso sí es un problema.
― No, a mí
no me engañas. Tú y yo sabemos que si no escribimos la
crítica no pasa nada, que estamos en agosto todavía y
para eso están las vacaciones, y además, seguro que
entre una que otra “galleta”, "aventuras treintañeras", “reuniones de tupper sex”,
“dulces dosis de ácidos” y “consultorios arreglan todo”,
lo nuestro, ni se notará si hablamos o no de un libro, que tú
y yo sabemos que nuestra vida es mucho más interesante que la
de un par de vampiros o una tía que se va por el mundo
buscándose a sí misma entre platos precocinados,
amantes y paz interna. ¡A ti te jode no hablar con la rubia
esa!
― ¿En serio
has metido a miss Gilbert en esta celda asquerosa con nosotras?
Dejando a un lado que es una falta de respecto, no podrías
haber elegido momento peor para meterte con mi novela de cabecera
preferida.
― ¿Y por
qué no? Al fin y al cabo, la novela esa va de una mujer
insatisfecha que busca su yo interior. “Hazte un mapa de la
felicidad, morena”.
― Podrías
haber elegido cualquier momento, pero no, lo hiciste justo ahora.
Come, reza y ama, rubia. Te falta de todo un poco, así que
deberías de empezar y ya.
― Y lo haré,
en cuanto que salgamos de aquí, me compraré un billete
a Nepal, uno para mí y otro al primer maromo parecido a Barden
que me encuentre, y me lo llevaré a tomar vino con los budas.
― Oh, eso sí
es pasarse. Puedes meterte con la novela, no lo entiendo, pero lo
respecto, que sé que no a todos le llega la profundidad de
sentimientos de Elizabeth, pero de ahí, a meterte con la
película...
― Perdona, morena,
me equivoqué, mejor le compro otro billete a la Julia Roberts
y me la llevo también. No, que sean dos billetes para ella,
uno para su boca y otro para su mala interpretación.
― Rubia, te la
estás jugando...
― ¡Y qué
sea brasileño! Mi versión del Barden digo, no nos
olvidemos ceñirnos al libro a la hora de pasarlo a la gran
pantalla, ¡faltaría más! Sosa, aburrida, sin
sentido, desmoralizadora y llena de melodrama. ¿No querías
una crítica literaria? ¡Pues toma crítica! ¡Hey,
bollicao, ya puedes dejar que hagamos la llamada, que mi ex hermana
ya tiene algo que darle a nuestra jefa ergo mejor amiga!
― Pues Elizabeth
encontró todo lo que buscaba, lo que le faltaba en su vida,
consiguió rellenar ese hueco que tenía dentro, cosa
que, algunas que yo me sé, no rellenarían ni con un
vibrador talla XXL. Sí, rubia, he mirado tus cajones.
― Pues prefiero
buscar la felicidad cerca y no abandonar a todos los que me han
importado y que se preocupan por mí con tal de ser feliz.
― ¿Intentas
decir algo, rubia?
― No, qué
va.
― Yo...
― Ahora se me pone
fina la rubia. Raspa el tacón en el suelo, nena, que te
llevas media celda contigo. Gracias, hem,
eso... Antonio. ¿Nos conocemos de algún lugar?
― Iros... por
favor...
― Perdona a mi
hermana, ha estado bajo medicación un tiempo y no está
en su mejor momento.
― Solo intento ser
amable, Cleo. Y no dijiste que ya no quería saber nada de mí,
pues eso...
― Morena, por
favor, vamos a casa y terminemos ya con ese día interminable.
― De acuerdo, pero
antes de irse a dormir tenemos dos cosas pendientes por hacer. No,
mejor, tres.
― Miedo me da
preguntarlo... ¿cuáles?
― Escribir la
crítica de esta semana, que al final con la tontería,
no las hemos sacado del bolsillo. De lo que dijiste sobre la novela y
Julia, ya hablaremos luego. La segunda, antes de apagar el ordenador,
borrar el skype. Con borrado de papelera de reciclaje incluido.
― ¿Lo dices
enserio, morena?
― Sí, a
tomar aire, el que quiera que se ponga el whatsapp.
― ¿Y la
tercera?
― Preparar el sofá
cama con la colección de almohadones de colores, las palomitas
y la coca cola, y a comernos nuestro maratón de Jungla de
Cristal. Aunque para eso estemos hasta el sábado que vienen
sin dormir.
― Si no fueras tan
cabrona, morena, te diría que eres la mejor hermana del mundo.
― Sé que me
quieres, rubia. Y lo de cabrona es discutible, estás que te
sales los últimos días.
― Digamos que mi
unicornio ha estado hablando con el tuyo, morena. No es mi culpa.
― Yo sí que
te quiero, enana.
― No he dicho que te
quería.
― Anda, no la
cagues.
― Pero para
la siguiente crítica volvemos a lo de siempre, ¿vale?
― Yo las mato y tú
recoges.
― Nunca mejor
dicho, morena. Nunca mejor dicho...
El lunes seguimos con "From My Blond Mind"
**
Realmente, lo de "vaya par de gemelas" se queda corto, esas dos casi son cuatro, quizás hasta seis, vaya par..., vaya par de dos...
ResponderEliminarPor cierto, por un sencillo procedimiento de eliminación, quitando "galletas", "aventuras treintañeras" y demás..., debo concluir que lo de "dulces dosis de ácidos" se refiere a "la jefa"? Los ácidos me temo no son limones o pomelos, asi que salvo sea verdad (que uno nunca sabe), te van a rapar al cero, morena mia.
Un día teneis que dejar hablar libremente a vuestros unicornios, si las gemelas ya son la repera, sus unicornios tienen que tener la punta "afilada" :-)
Se toma nota, querido conclusionista... jajjaaja
EliminarLas gemelas no le temen a la muerte, es un hecho, ni tampoco a las tijeras, y eso, justificado, porque le quieren mucho a su jefa y ella, en el fondo, lo sabe (no es peloteo, miedo al despido, puede, pero cariño sobre todo...:D)
Y los unicornios hablando libremente... hum, interesante....^^
besoss
Jajajajaja estas gemelas son la leche, a ver en que lios se acaban metiendo en las siguientes entregas.
ResponderEliminarA seguir asi, y cuida al unicornio!
Besos!
Ufff, las gemelas son un caso, más dolor de cabeza a mí, no le dan a nadie^^
EliminarA cuidarlos, los unicornios, digo^^
Gracias, Doc:D
Besoss
Excelenteeeee mi Karol!!!! Súper entretenido el dialogo, aunque yo estoy con mi rubia, AMO a Julia Roberts y su boca!!! Esta no sé si podré perdonártela!!!
ResponderEliminarVaya par de gemelas y unicornios!!!! qué buen sábado!!!!!!!
Jajajajaja... estoy de acuerdo contigo, ¡con Julia y su boca no se mete nadie! Pero es lo que tiene ser tan iguales y tan distintas, nunca están de acuerdo las cabritas...:D
EliminarGracias, reina míaaaa, tú sí que eres grandeee^^
jajaja genial diálogo..como siempre. Si lo llego a saber me acerco al PLanetario a por vosotras jajaja ya que me pilla al lado de casa. Bueno, lo que tengo que enterarme que me pierdo es lo de los unicornios :P
ResponderEliminarCon dos hermanas así quién necesita más.. es un no parara, aunque un día escuchando eso debe estresasr de lo lindo...
Jajajaja.... stress, pero de los grandes, ya te lo digo yo... si una es difícil de soportar, dos ni te digo^^
EliminarMe alegra verte de tour, que las gemelas ya te han cogido cariño^^, de su parte decirte que si miras sus primeras "conversaciones" (por llamarlas de alguna manera) te enterarás de los unicornios, lo único es que no me responsabilizo de lo que ocurra después....:D
Besosss y gracias por estar aquí^^
Leo y aprendo. También me río pero aprendo un montón. Uuuuuuuh como los juegos de Educa!!
ResponderEliminarjajajaja... leyendo y aprendiendo, o sería viviendo... cómo sea, si aprendes, eso tiene que ser bueno por narices... ¿no? ^^
EliminarAins, mi Dulceee, gracias, reina, que sin ti poco sería de las gemelas (peloteo nivel ninja...^^)
Besos amazona mía ^^
Bien... yo no entiendo como estas dos terminan siempre en cada una jajajaj... Y mira que seguir pelenado por la rubia extra o por los unicornios... jajaja... Me encanta su seccion Karol... Sigue asi
ResponderEliminarGracias, Lulai lindaaa^^
EliminarMe alegra que te guste, y te aseguro que a las pobres gemelas en el fondo son majas, pero es que no se saben estar quietas...:D
Besos, preciosaaa^^
A ver, a ver, como borren el Skype me cabreo, que conste en acta ¬¬
ResponderEliminarJajajajajaj, si es que te tienes que partir de la risa con ellas, madredelamorhermoso!!! son de un no parar estas dos que no veas jejejejeje Me guuuuuuuuuuusta ^^
Ale, me voy a llamar a su puerta a ver si me dejan ver la maratón del Bruce con ellas, aunque todo dependerá de quién sea la que me habrá la puertaaaaaa jejejejej Besos mi Karolita, te quiero cielo, a ti y a tu talento, que me hacéis feliz los dos ^^
Ainsss... la rubia de la discordiaaaaa^^
EliminarAnda que sin ti, qué sería de mí...
Y tras ese momento peloteo mutuo (de lo bueno, con gusto, sentido y porque nos gusta hacerlo, morderos el codo!), gracias, reina míaaaa^^ Tú sí que eres la mejor, y lo sabes:D
Besossss