Bienvenidos a la república independiente de la locura de mi mente…
Alicia: Esta reunión será esclarecedora…
Connie: Sí, esclarecedora las narices, esto es una mierda como el
sobrero de un picador.
Karol: A ti todo te parece una mierda esta semana, ¿se puede saber
qué coño te pasa?
Connie: No me pasa nada, es que es una mierda y punto.
So: Venga va, que nos desviamos del tema y no tengo todo el día, he
quedado.
Alicia: ¡Pá chasco! ¿Cuándo no has quedado tú?
Irene: Como veo que no os ponéis de acuerdo, empezaré yo que soy la
más alta y esbelta…
Irene: …
Karol: No me mires con esa cara de acelga, porque me da igual.
Irene: Total, obviando los comentarios malintencionados, y
claramente envidiosos, sobre mi altura y la cuña de mis tacones, empezaré
contando lo del vaso de chupito.
Regina: ¡Ah! ¿Pero de eso era la reunión de esta semana?
So: Bueno, ya está aquí la que no se entera de la tostá.
Connie: Ya lo decía yo, es una mierda.
Irene: Estaba hablando yo, dejad de cortarme. Malditas arpías.
Karol: Habló la que dice que lo del chupito es de mención, vaya
gilipollez.
Alicia: Pero cuéntalo ya, que yo sí estoy intrigada.
Irene: Pues eso, como iba diciendo (miradita inquisidora a Karol),
resulta que una moda que sacaron hace unos años, era la de llenar un vaso de
alcohol, a elegir, tampoco hay que ponerse tiquismiquis, y hacer con él ventosa
sobre un ojo, para bebértelo por el lagrimal. Una forma de emborracharse de lo
más estúpida y que te puede dejar ciego. Hay gente muy raruna por ahí.
Karol: Ya os lo decía yo, un cuento antiguo. Modernízate, rubia,
que esa historia ya tiene solera, vamos, más años y pelos que Matusalén. So, cuéntales
lo del otro día, eso sí que es novedad.
So: No sé, nos salió rana al final.
Regina: Pero cuenta, que tengo la cera a punto y no quiero que se enfríe.
So: Que no, es una soplapollez de esas que se nos ocurren a la morena
y a mí, nada interesante…
Karol: ¡Pero lo quieres contar! Si hay que emborracharse, mejor con
estilo.
So: ¡Joé! Que pesá. A ver, la historia es la siguiente: estábamos
ésta (señala a Karol) y yo en el metro escuchando la conversación de unas
quinceañeras, esas que llevan pestañas postizas, carpetas de Justin Bieber y piercing
en las tetas para que se note hasta con sujetador Push-up. Hablaban del fin de
semana como algo de novela de King y hacían aspavientos con los brazos, así,
como para que nadie les mirara. Una de ellas dijo, sin bajar la voz, que se
había metido un tampón, no creo que haga falta especificar dónde, después de
haberlo mojado con ginebra. Ya está, historia contada.
Connie: Una mierda y además para echar la pota. No, si os
atreveríais a meteros eso por el…
Karol: Pues lo íbamos a intentar, pero nos dio cosica meternos “cosas”
ahí mojadas de antes…
Connie: ¿Ves? Mierda pura, eso no es ni historia ni nada, es una
full.
Regina: A ver si te aclaras, guapetona. Todo te va ha parecer malo hoy
¿o qué?
Alicia: Déjala, es que lleva mucho tiempo sin mojar, ni ginebra ni
nada, y es lo que pasa, que cuando se carece de contacto…
Irene: Yo te puedo presentar a un mazas del gimnasio que tiene
pinta de calzar bien.
So: ¿Desde cuándo vas al gimnasio? Si te mueves menos que Espinete
en velcro.
Alicia: No va al gimnasio, solo olfatea a la salida, cuando esta
salida.
Irene: Os podéis ir un poquito al lugar favorito de Connie. Resulta
que el gimnasio y la casa de mi tía están pegados.
Karol: ¿La tía a la que no puedes ni ver?
Karol: Ammm… ahora ya lo entiendo mejor. Vas por disfrutar de su
compañía. Que maja.
Irene: No, voy para haceros vudú a todas vosotras, ya ves, una que
tiene que juntarse con el demonio para que salgan los hechizos.
Alicia: Eso es como cuando le dijeron a mi tía, que por estar viuda
y no practicar sexo podría tener tumores en los ovarios… ¿y si lo practicas?
Preguntó ella. El hombrecillo no se quedó corto, le dijo: pues igual, pero al
menos eso que te llevas. La cara del médico era de un vicio… Hay gente que liga
de una forma muy “especial”.
Karol: Aquí cada una a su rollo, cambiamos de tema como de marca de
champú.
Regina: Pues yo tengo algo que añadir, Ali me acaba de recordar una
anécdota. El otro día estuve con el enfermero ese de la nariz Brody…
Alicia: ¿Y comprobaste que la tiene igual que su nariz, grande y
torcida?
Regina: No.
Regina: Pues ahora no os lo cuento.
Karol: Venga rubia, que entre la mierda de ésta, y el fracaso del
tampón… ¿Qué pasó con el enfermero?
Connie: Será otra gilipollez seguro, vamos, una…
Todas: ¡Mierda! Que sí, cansina.
Regina: Me contó que había llevado a una chica joven al hospital
con un problemilla muy vergonzoso. Según, la tipa se había metido un consolador
al revés en el chirri y al hacer vacío se le quedó atascado. Lo gracioso es que
el enfermero le dijo…
Connie: …a la próxima avísame antes, te hago yo el trabajo y nos
ahorramos un viaje.
Regina: ¿Connie?
Connie: ¿Qué?
Connie: Lo dicho, ¡una mierda! Porque sí, la tiene torcida, pero
grande va ha ser que no.
Jajajaja.. después del día que llevo, hoy necesitaba algo así. Con chupitos o sin ellos, tampones o no (yo casi que no), o lo que sea, esas reuniones , pseudo reales le sacan a uno la sonrisa hasta a estas horas.
ResponderEliminarUn besote Irene
Gracias Manu, me alegra que te guste, es una ida de pinza muy chunga que me ha dado, a saber en qué narices estaba pensando, aunque ya te digo que en las de Brody, no ¬¬
EliminarUn besote mi chico!!!!! Y descansa, que los días de mucho curro lo merecen :D
Irene
Por las mañanas y hasta el café no soy persona. Pero despertarse leyendo algo asi es increible. Partiendome la caja. La mejor. Connie!
ResponderEliminarSomos tu café!!! Que indigestión, por favor jejejej Me alegra arrancarte una sonrisa por la mañana, eso mola ^^ Un besote mi chico y a pasar el resto del día genial, que perdure esa sonrisa durante mucho tiempo MUAKAAAA
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