Halloween... Halloween... Halloween...
Esperaba escuchar el tañido rítmico de
una campana pero lo que oigo es una voz que produce escalofríos y que repite
una misma palabra con una cadencia tan perfecta como inquietante.
Halloween... Halloween... Halloween...
Soy aprensiva, me asusto con muchísima
facilidad. Los años me han vuelto imprudente, porque de joven evitaba por todos
los medios ver películas de miedo. Ahora, imbécil de mí, me creí valiente y por
encima del bien, del mal y de mi calenturienta imaginación y la otra noche me
atreví con una americanada de arrendamiento que me puso los pelos de punta y me
tuvo en vela hasta las siete de la madrugada. Oyendo crujidos que se acercaban,
susurros en la oscuridad, pasos siniestros que marcaban el fin de mis días,
oculta bajo el edredón sudando como un pollo, a la espera de que un perro
cadáver apareciera por la puerta de mi dormitorio en cualquier momento y
masticase mi yugular como un chicle, para entretenerse.
Al día siguiente parecía un espectro
cuando llegué a la oficina y nadie se privó de comentármelo. Por si yo sola no
me había dado cuenta. Si es que son más monas…
Me crucé por el pasillo con Andrés, el
hombre que me roba el sentido (a mí y a medio edificio, dicho sea de paso) y
que últimamente parece que me sonríe más de la cuenta, es conmigo un poco más
amable de la cuenta, permanece esperándome con la puerta abierta del ascensor
un poco más de la cuenta… Y está tardando un poco más de la cuenta en pedirme
una cita como Dios manda. Algo que prometía pero que me veo obligada a abortar
dado el estado lamentable de mi cutis y mis ojeras azul ultramar. Me tapé la
cara con el cartapacio que llevaba en brazos y me hice la distraída. Creo (y
lamento) que se quedó con el saludo en la punta de la lengua… Estas oportunidades
que puede que no vuelvan son las que pasados los años vienen y te pasan
factura.
Me refugié en el cuarto de baño. Me
miré al espejo y entonces… Es cuando empecé a escuchar las voces…
Halloween... Halloween... Halloween...
Desde entonces no han parado.
Preferiría que fuesen órdenes de
asesinar a alguien, así al menos pensaría que el propietario de la tétrica voz
está de mi parte. Así, simplemente diciendo “Halloween... Halloween...
Halloween...” no puedo saber a qué atenerme. Y cada vez tengo más miedo; el pánico
crece y desarrolla sus monstruosos tentáculos dentro de mi mente enfermiza; no
sé si voy a poder soportarlo. Salgo de la cama temblando y me refugio en el
baño con todas las luces disponibles encendidas. Me miro al espejo. Algo está
cambiando en mí. Un color gris ceniciento recorre y se apodera de mi piel, las
pestañas están muchísimo más espesas y los incisivos están más largos.
Me horrorizo. Parpadeo. Se me seca la
garganta. Vuelvo a mirar.
Soy normal. De nuevo yo, con mis
colores y mis dientes en una dimensión ya conocida y nada anormal. Me siento en
el retrete con una taquicardia de cuidado y la mano apoyada en el pecho. Así me
quedo un rato, normalizando mi respiración hasta que noto que mi corazón no
late, no bombea, no hace ruido. No vive. Y si él no existe, yo tampoco.
Me levanto de un cañonazo y asalto el
espejo por el flanco. Otra vez me asemejo más a un vampiro que a un ser humano.
Despego los labios rojos como la grana y me fascinan esos dientes largos y
afilados como pequeños cuchillos. Me siento feliz y poderosa, el miedo se ha
extinguido.
Acabo de descubrir para qué bajé a la Tierra.
Cuál es mi misión en esta vida…
Feliz Halloween... ¡¡Jajajajajajajajajaja!!
Genial Regi!!! Miedo me das!!! Comienza x tus compis de la ofi se merecen tus bocados, estrena esos colmillos!!! Jiji ñam,ñam
ResponderEliminarMuy divertido...aunque al final un poco amenazante..en fin, hay peores formas de morir que recibiendo mordiscos en el cuello, habrá que arriesgarse.
ResponderEliminarUn saludo :)
Los que te seguimos por FB tenemos muy claro de lo que eres capaz de "morder", estoy acojonao con que nos hagas una visita nocturna este "Hello wiiiiiii".
ResponderEliminarPues mira que se nos ha vuelto tetrica nuestra Regina, ains... que dolor, el vecino indeciso y el mareante cambio en el espejo, para al final ser una vampiresa de lo más sexy, yo quiero un mordisco y de los que duelen que si no no tiene gracia ^^ Genial entrada de helowin nena, estás que te sales y queremos más de nuestra chicaaaaaaaa, un besote muy fuerte corazón, aunque no te lata yo le quierooooooo :D
ResponderEliminarUuuuuu, ¡¡vampiresaaaa!!
ResponderEliminarNo podría haberme gustado más, no, no ... :D
Sobre todo ese final con descubrimiento de razones de vivir y verdaderas naturalezas... ¡cuidaos los cuellos muchachos, que la mota roja está cerca! :D
Genial, mi Regi, ¡Helloweennnn! :D