Y seguimos con la BlogVela más dicharachera de la blogosfera mundial. Este folletín romántico y contemporáneo, por entregas, que hará las delicias de todo aquel que sepa leer.
Nota: si no sabes, puedes mirar las foticos, también entretienen...
Hoy: ¿UN MUNDO PERFECTO?
En el buffet del desayuno del hotel Room Mate Oscar te dejan
entrar aunque no estés hospedado y es de mis favoritos. La decoración en
platas, blancos, negros y magenta aderezada con luz negra aunque sea de día
resulta una combinación chic, original y rabiosamente joven (que es como a
menudo necesito sentirme). Una de las fachadas, la frontal, es una enorme
cristalera corrida con vistas directas a la plaza Vázquez de Mella, que me encanta. Bueno, ahora me encanta menos
que antes, recuerdo cuando era un espacio blanco y diáfano donde los dueños de
los perros salían a pasear y a ligotear de camino. Ahora se ha convertido en
sede abigarrada de muchas cosas llamadas sombrillitas y toldos, con mesas
debajo donde la gente consume cerveza ruidosamente y se divierte. Vale… Pues
que se diviertan, que no es malo. El que a mí me haya plantado mi novio por un
maldito malentendido no quita para que el mundo siga corriendo, qué carajo. Es
despistarme y convertirme en una amargada que reparte veneno para toda la
humanidad disponible. Cada dos por tres me veo obligada a recriminarme.
No, Lola, tú no eres así,
reprime esos sentimientos tan asquerosos y negativos.
Pero la plaza me gustaba más antes, cuando estaba libre y
expedita como dicen los abogados. Por eso suelo quedar aquí con las chicas.
Para mi sorpresa, aquella mañana solo apareció Felicia.
—¿Y Rita? —me extrañé—. ¿No viene? ¿Qué sabes de ella?
—Pues lo que sé es que ha ido al banco. Anda rogando por no
sé qué moratoria… —El hecho de que me lo contase mientras se desembarazaba del
paraguas, el bolso XXL y el impermeable, tiñó la cosa de una cierta insensibilidad
impropia de Feli, tan emocional ella. Por fin apoyó el culo en la silla y
pudimos centrarnos.
—¿Una moratoria? Suena fatal, ¿sobre qué?
—No sé muchos detalles, de hecho estos datos no me los ha
revelado ella sino el interventor del banco que es antiguo compañero, ya sabes,
de cuando yo trabajaba con los números.
—¡Qué cotilla! —me horroricé.
Feli asintió con la cabeza y el menú en la mano. No sé pa qué si es bufet y puede coger lo que
se le antoje.
—Sí, ¿verdad? Qué cotilla. Pero gracias a ese entrometido
sabemos que Rita está en problemas porque lo que es ella, no suelta prenda. No
entiendo esa manía de querer aparentar que las cosas siempre van bien. De cara
a la galería puede, pero, ¿con nosotras que somos sus amigas?
—Ni de cara a la galería siquiera, Feli, fingir es una
gilipollez. ¿Para qué? Rita tiene un ego como la copa de un pino y ni la tal
Sonya con todos sus clientes ilustres ni el mismísimo Rojas Marcos la harán cambiar.
—Es prisionera del qué dirán —suspiró afectada.
—Pues mira, yo no. Soy una desgraciada y tal cual te lo
cuento. Mi padre se va a casar, luego se marcha a un balneario una buena
temporada, eso si no la palma en breve y a traición, y se ha empeñado en
dejarme a cargo de la empresa. Para remate, mañana tengo una cena pomposa para
conocer a su prometida y familia.
Felicia disimuló un gesto de sobresalto.
—¿La prometida tiene familia?
—Dos hijas por lo visto. Dice mi padre que de mi edad, que
nos llevaremos bien. El pobre aún se pensará que tenemos que ir al cine juntas
y jugar en el parque. —Reparé en los ojos húmedos de mi amiga—. Oye, Feli, ¿a
ti qué te pasa?
—Nada, nada, que todos tenéis problemas…
Se le escapó una lágrima por el rabillo del ojo y le alargué
la servilleta para que se secara. Se lió a darse golpecitos por todas partes
menos por donde debía.
—Bueno, mujer, no hace falta que seas tan solidaria, no
sufras, lo mío y lo de Rita pasará, con toda seguridad…
Traté de alentarla con una ancha sonrisa pero la aflicción de
Felicia iba a peor.
—¡Dios! ¿Por qué lloras? —Le aferré el antebrazo— ¿Va todo
bien con Garbi?
—Garbajosa es un santo que me tiene como a una emperatriz
china y no sabe qué ponerme por delante —hipó.
—¿Los niños?
—Estupendos. Juanito está resultando un adolescente nada
problemático y Mia, con sus cuatro añitos y ya en colegio bilingueeeee…—Llegado
este punto se desbordó como un grifo.
—Pues entonces no lo entiendo, perdona.
—Quizá sea eso, Lola, que todo es demasiado perfecto y soso.
Demasiado aburrido en mi vida plana como el encefalograma de un fiambre.
Desencajé los ojos.
Desencajé los ojos.
Pabennos matao...
Continuará...
Y mañana miércoles, ¿qué? Las galletas. ¿Cuáles? Las güenas. Las de Alicia Pérez Gil.
¡¡No te las pierdas!!
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