Había pensado escribir
sobre recuerdos, rememorar algún fin de año pasado como aquel que trabajando
bailando encima de un bafle que reventaba música de esa que le gusta a Marcos
Dk. Tenía uno muy curioso también en el que me levanté cansada, dolorida
sudorosa y con huellas dactilares de varios individuos en mis caderas marcadas
en un morado que le hubiera encantado a Gustau. O aquel de Misa del Gallo y dar
la paz de corazón a quien tenías al lado y que me recuerda a Manu. Podría hablar
de uno que se pasó muy rápido mientras mis dedos golpeaban las teclas de la
máquina de escribir como haría Juan, al ritmo de detonación de un Thompson. Una vez a las 12 me sentí tan diva como Regina
con mi vestido de lentejuelas bajo los focos. En más de una mañana de 1 de
enero me sorprendí con una mirada limpia y una sonrisa sincera como la de Inés.
Otras me arrastré a la cama golfeada y apaleada por los excesos como toda una
Carlos B. Iglesias. Me falta uno ideal con mi marido y mi hijo como el de Irene. Espero
poder tener uno en comunicación con el espíritu
de la Tierra acompañado de un grupo de médiums sensitivos como el que me propone Carlos Sisi. No
me han faltado cotillones de carcajadas atronadoras sacadas de mi pecho aunque este no sea tan generoso como
el de CalaveraDiablo. Creo que también gasté horas dudando de forma estúpida de
mi talento como Alicia. De pendencia y botella rota, al más puro estilo Athman,
aún tengo cicatrices. Algunos afirman que soy toda pose y artificio y que mis
uvas se parece demasiado a las de Connie, ojalá. Uno con Olga puede ser para
crear una antes y un después, mucho más incluso que el final del mundo este que
tanto vaticinaba Teo. Me gustaría saber
qué me propondría Miguel Ángel y poder enfrentar mis pupilas a las infinitas de
Karol. Con Elena, mi hermana Elena, no sería el primero. Creo que no pararía de
reír junto a Concha y sería ya de corte de respiración si estuviera también Magüi.
Tendría batallitas que contar con Nacho de cuando existían esas cosas que eran
fancines y que nos harían sentir muy viejos delante de Ximo y Gustavo. Brindar junto
a Zara sería mirarse en un espejo admirable. El cambio de ciclo, finalización, comienzo
y continuidad se personificaría en Dani y Lua. Una medianoche de fin de año
junto a Michelle sería tan provocativa que hasta Javier saldría de sus
bibliotecas y castillos. No me parece una mala idea una velada en la que seguir
aprendiendo de Antonio. Hay un par de
nenes con corbata de los que me acordaré de forma muy especial y lo que está
claro es que al final daré la bienvenida al nuevo año junto a Dulce, que es muy
sosa, pero siempre está a mi lado para lo bueno y para lo malo.
Se me juntan recuerdos,
con deseos, amigos con colaboradores, planes con quizás, compañeros con
contactos, y mucho se me olvida. Bueno ¿qué se puede esperar de una rubia,
verdad?
Pero enumerando nombres
propios y las experiencias que van ligados a ellos, concluyo que este 2012
muere dejándome un gran legado de cosas hechas, planeadas, perdidas y
desestimadas. En resumen, hemos vivido y de eso se trata y vivir tiene tragos
dulces, insípidos y amargos.
El 2013 comienza con un
argumento que ninguno de los Herbet, Card Asimov o Simmons se atrevieron a
imaginar. Este año acojona pero habrá que enfrentarlo pues ninguno de los
nombres que aparecen arriba ni yo misma somos cobardes ni vamos a bajarnos en marcha.
¿A que no, nenes y
nenas?
Yo os reto. Elegid vuestras
armas. Contáis con las mías.
Nada mejor para comenzar el año que hacerlo con Regina Roman
y su Mota Rosa, venga, combustible para sobrevivir a las fiestas.
Pese a no ser el más festivo de tus conocidos, me emociona formar parte de esa lista..una lista especial. Un beso (mejor dos, para que no haya disputas) y GRACIAS. Manu
ResponderEliminarOlé! a luchar se a dicho. Feliz año chicas!
ResponderEliminarViva el buferismo!!! Al abordaje!!!
ResponderEliminarDesde luego muchos más espero. Un besazo princesa.
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