¡Ay,
madre! ¡No vive una para sustos y sobresaltos varios! Últimas noticias del
papel couché: la sempiterna y americana “vecinita
de al lado”, Jennifer Aniston, se coge a su churri bajo el sobaquis y lo
arrastra cual hembra del cromagnon a participar en un campamento de verano
(aunque sea pleno invierno, no os pongáis metijosos con el nombre que es un
simple “denominar”) para parejitas enamoradas próximas a pasar por el altar.
¿El
procedimiento? La vais a flipar. Un retiro-internamiento intensivo de tres días
completos para aprender a construir sus relaciones de forma saludable. Según su
propia promoción, estos campamentos “ayudan a los novios a desarrollar las
herramientas necesarias para poder gobernar su vida y su relación… Es una vía
para reconciliar y disolver la rabia, el resentimiento, la amargura y la culpa
por las relaciones pasadas”. Te quitan los móviles, los dispositivos no
uterinos que puedan servir de distracción y te dejan chillar hasta desgañitarte
(terapia del grito, la llaman), para liberar las malas energías.
Anda que tener que hacer de boy-scout pa
eso… manda huevos.
¿El
precio? Una pasta, pero no lloréis, a la Aniston le sobran dólares. De hecho,
no sabe qué hacer con ellos, de ahí que se le ocurran estas chorradas.
¿Los
motivos? No se fía de ella misma. Aniston piensa que debe soltar todo el lastre
antes de embarcarse en otra aventura matrimonial. Y claro, eso lo piensa no
cuando inicia la relación, sino cuando está a dos meses de dar el sí quiero. De
lo que deduzco que ha prolongado una relación INSANA durante año y pico y ahora
como se casa quiere limpiarla de bulla y corriendo.
Como
si las cosas fueran tan sencillas.
Las
personas o están equilibradas o no lo están. Punto número 1. Y si no lo están
deberían asistir a terapia, consultoría (o lo que sea) para conocerse bien y
limar esos flequillos disolutos que le impiden disfrutar con calma de su
existir. Y sobre todo, NO deberían iniciar ninguna relación con nadie hasta que
no se hayan eliminado los restos, rencores y resentimientos de la anterior.
Como ya dije en otra entrada, en la mayoría de los casos, lo de “un clavo saca
a otro clavo” no funciona más que en el bricolaje. Nadie se merece que lo
conviertan en el cubo de basura donde una ex mujer (o ex marido) despechado
vuelca sus amarguras.
Una
persona con un mínimo de inteligencia emocional debería saber si está sano y
curado o no. Punto número 2. Y si no lo está (lo cual es comprensible y humano
cuando te has llevado un desengaño de toma pan y moja), te haces el campamento
y chillas lo que tengas que chillar antes de echarte novio de nuevo. Salvo que
quieras volverlo a él también majareta y así sois dos. Saldrá más caro,
advierto.
Lo
que me preocupa en serio es que la Aniston lleve desde el 2005 (si no me
equivoco) gritándole al mundo que es muy feliz, muy feliz, y que no tiene
traumas de ninguna clase por el batacazo matrimonial que se pegó con el
guaperas Pitt (ya ves, ni que fuera la única, que baje a Málaga que le cuento
el mío y se muere de la risa) y ahora, siete años más tarde, corra veloz a
encerrarse en un campamento de “con gritos y a lo loco” para deshacerse de los
traumas que según ella, no tiene.
¡¡Ay,
qué malamente está el mundo…!! Y cuando se tiene dinerín para desperdiciar, más
que más.
Bueno,
la verdad es que hoy me he levantado con el puntito canalla y esta noticia me
llamó la atención. A Jennifer le deseo, como a cualquiera que vaya a casarse,
la mejor de las suertes y mucho amor. Que se deje de gritos y ame, respete, se
comunique y comprenda. Que no se mire el ombligo y que no espere que su
pareja-marido adivine sus necesidades. Hablando se entiende la gente y hasta
los matrimonios.
Besos
y campamentos de verano.
Y mañana... ¿Qué ocurre mañana? Por ser miércoles, las galletas de la suerte con mi morenita Alicia Pérez Gil. Que ustedes lo disfruten.
Pues una entrada gloriosa. Con tintes de gato por liebre, y ramalazos de sentido común. Me gusta eso de retiros de pareja, pero en otro momento y con otro fin. Lo de pagar también por lo que como bien dices, debería haberse planteado antes, es de no saber ni por dónde vas ni por dónde quieres ir.
ResponderEliminarDeberían leer tu entrada en vez de tanto "Yes we can" con tutorías. Un beso