―¡Desa-yuno! ¡Desa-yuno! ―grita Irene dando saltitos.
―Yo estoy muerta, al final es verdad eso que dicen de las
taconeras ―añade Raquel quitándose sus taconazos por debajo de la mesa en el
primer bar que entramos.
―¿Qué dicen? ―pregunta Alicia, jugando con su pelo moreno
más largo que nunca a causa de la extensiones.
―Que somos lo más ―agrego yo cogiendo una mecha de mi
morena preferida y utilizándola de bigote.
Entre risas, nos interrumpe Raquel que le quita a So unas gafas luminosas
en forma de corazón y confiesa:
―Cuanta la leyenda que las taconeras nunca duermen.
―Ah, eso –dice So con elegancia―.Eso es cierto.
―Somos vampiresas ―añade Karol mostrando orgullosa sus colmillos
postizos.
―¿Alguien vio a José? ―pregunto asustada.
―Está en la barra, cielito y está haciendo señas ―me
responde Regina que a mí parecer es la
más sobria de todas.
―No os creáis que mi novio traerá los café con leche,
levantad el culo de la silla ¡ya! –grito a las seis mujeres despaturradas en el
bar, con disfraces desconchados y sus caras desteñidas.
―¿He oído bien? ¿Ha dicho mi novio? ¿mi novio? –repite Irene bromeando.
―Por fin, esto es un milagro ―anuncia Regina mientras se
pone de pie y ayuda a Jóse con la bandeja.
―Rubita, un café rápido y a casa que todavía hay más sorpresas para ti. –me susurra José al
oído, mientras me lame cuello con intención.
―Mmm, ¿qué habrá debajo de mi capitán América? ¿Le hará
daño a esta inocente mariquita? ―contesto por lo bajito, mirándole fijamente con
deseo.
Mientras oigo como Alicia seguía proponiendo ideas para buscar
un after.
―¡¿Quéeeee?!!!! ―grita Raquel añorando su camita canaria.
―Es broma, cielo. Te llevará a casa Regina, ella tiene la
llave de mi piso. Yo es que… pues, eso que sí que tengo fiesta pero en casa de
Jóse, sabes ―le comento a Raquel con cautela.
―Ah, lo entiendo ―responde ella y la noto decepcionada,
aunque detrás de ese traje de drag queen nada suene serio.
―Cieloooo, que te quiero y te quedas unos días más,
llegaré para la hora de comer, venga que te invito a un cocido, un cocido de
los mejores que mejores de Madrid, vas a flipar.
―Sí, tonta. ―Responde mi canaria dándome un beso en la
frente.
―Regi, llevas tú a Raquel a casa, ¿verdad? Luego iremos a
comer a “Don Cocido” más o menos a las 15, ¿quién se apunta? –pregunto, ya de
pie y con una mano en la cintura de mi Jóse.
―Yo me apunto a dormir en tu casa y a la comida ―dice
Irene con pocas ganas de conducir.
―¡¡¡¡¡Genial!!!! –grita Raquel solevada, como si no quisiera
quedarse sola.
―Pues nada chicas que mi capitán tiene premio, ¡adiós! ―me despido de mis taconeras y me marcho.
Ya en el coche con Jóse, la cosa se puso calentita, pensé
que no llegaríamos a su piso. Y de
repente le digo:
―Espera, tú no
vives por aquí, ¿A dónde vamos? ―comento sorprendida en un momento de lucidez atípico por las
copitas demás.
―Quería darte la sorpresa, abre el maletero por favor ―me
ordena Jóse con aires misteriosos.
Mientras lo abro diviso una cajita blanca.
¿No será un anillo? pienso, pero no digo nada por miedo a
meter la pata, ya me ha pasado más de una vez.
―¿Una llave? ―suelto asombrada.
―Sí, rubita. Me he mudado de piso, y tú tienes tu propia
llave para que vengas, hagas y deshagas como te apetezca ―dice Jóse mientras me da besitos dulces por
mi cara.
―¡Ohhhh, qué ilusión! ―contesto abrumada.
―Te quiero princesa.
Continurá, mañana más de las Taconeras!!!!!!!!!!!
uyyyy ternura primaveral jajaja
ResponderEliminarOOOOOhhhhhh. ¡¡Qué bien!! ¡Me quedo unos días más! jajajaja Estoy deseando probar el cocido :)
ResponderEliminarQue boditoooooooo!!! <3 <3 <3
ResponderEliminarYastaquíiiiii la prima Vera!!! :P
Uuuuhhh!!! Raquelita y yo en un pico solas, nos montamos el after en un pispas, prepara confeti, nena, que lo petamos todo jajajaja (Y cuidado con eso de las llaves rubia loca, que luego una se acostumbra a usarlas y ya no hay vuelta atrás ^^ Ains... pero como animan tus aventuras, me encanta!!
ResponderEliminarTe quiero mi chica preciosa, un besote de los más fuertes!!!