viernes, 14 de diciembre de 2012

¿Qué hacer antes de los 30? Informarse...






Mientras desayunaba un café con leche hirviendo -como a mí me gusta-, en la casa de Regina, llega Irene con una pila de papeles en la mano.

A los cinco minutos se nos une So con unas pastas chocolateras para comenzar el día con energía.

―¿Estáis lista? ―anuncia Irene con cara de circunstancia.

―¡Venga! He llegado lo antes posible y con municiones ―la corta So con ansiedad.

―Chicas es muy gordo, y tú, Connie, que ibas en busca de aventuras treintañeras, ni te imaginas en la que te has metido…

―¿Qué le ha pasado a mi niña? ―interrumpe Regina

―Valeeee, ―dice Irene― os leo lo que me proporcionó mi abogado:


Barcelona. 14 de Diciembre de 2012

Siempre quise ser periodista, y desde que lo soy me odio por ello. No es que sea bipolar, es que la realidad se impone a las buenas intenciones, y te hartas de ruedas de prensa con las mismas preguntas y las mismas respuestas, y escribir, casi al dictado, según la “línea editorial” (sic) del medio para el que trabajas (como yo digo, “Al Capone la pasta”). Hace unos días pensaba en pirarme a las islas griegas, poner un restaurante y dejar que las rubias de veintitantos se me rifasen.

Al día siguiente todo se precipitó, como en las películas, y aquí estoy, tecleando la primera crónica negra de mi vida, pensando ya en escribir un libro con todos los detalles de la historia, escabrosos y truculentos, morbosos y calenturientos. Sé que estoy adjetivando como un loco pero “me la bufa”.

¡Vale! ¡Venga! ¡Al grano, pedorro!, debéis estar pensando. Pues si, tenéis más razón que un santo (o dos). Vamos a ello, pues.

Este lunes por la mañana, con un resacón del quince y pinzas en las pestañas, cuando ya llevaba tres cafeses y dos cigarrillos de los “a escondidas en el lavabo“, me llama uno de mis contactos en la brigada criminal, llamémosle Paco porque queda mejor que Salustiano, y me cuenta que acababan de detener a un peligroso delincuente, que si quería me contaba la historia, que era de las que le podías sacar hasta una película.

Lo que sigue es más o menos lo que Salus…, digo…, Paco me explicó, mientras yo me fumaba medio paquete de tabaco y él se bebía tres gintonics de los de siempre, sin las mariconadas que le echan ahora.

Todo criminal que se precie debe tener un nombre que le haga justicia. Te puedes llamar Aníbal, o Dexter, pero no Manolito. Bueno, pues este “figura” tiene un nombre de lo más curioso. El cabrón se llama Yago…, sí…, como lo oyes. Ahora mismo está abajo, lo está interrogando el inspector Márquez, pero vamos, es casi un trámite, ya ha confesado lo más importante.

Verás, ayer por la noche me acerqué al pub ese nuevo que han puesto los rusos, ya sabes a quienes me refiero, tienen buena ginebra y rubias eslavas de las que mientras no te enamores te lo pasarás de miedo con ellas. Pues cuando salí al callejón trasero a fumarme un cigarrillo oigo un ruido a mi derecha, me acerco, y alguien estaba golpeando dentro del maletero de un buga negro de gama alta.


Pude forzar la cerradura, y al abrirla, imagínate, me encuentro con una preciosidad rubia de grandes ojos, aunque llorosos, y completamente desnuda se lanza a mis brazos dando grititos diciendo “¡¡¡gracias!!! ¡¡¡gracias!!! ¡¡¡eres un cielo!!! ¡¡¡gracias!!! ¡¡¡mi cariño!!! ¡¡¡gracias!!! ¡¡¡te adoro!!!”. A todo esto puedes imaginarte como estaba yo con tanto abrazo y tantas curvas desnudas…, tenía el móvil vibrando como loco y sonando el “no pares, sigue, sigue!”

En eso de los abrazos estábamos cuando sale del pub un tipo, y al verlo, la rubia se pone a gritar “¡Es él! ¡Ese es el cabrón que me ha secuestrado!”. El tipo echa a correr, yo suelto a la rubia (no por ganas, créeme, pero el deber es el deber) y me pongo a correr tras él, dando gracias a que estoy dejando de fumar, sino no lo atrapo ni yendo él a la pata coja.

Cuando yo empezaba a resoplar y le veía ganar distancia, aparece por el lateral un tipo con una cazadora de cuero negra y un pasamontañas, que se lanza en plan rugby y lo derriba, reteniéndolo contra el suelo. Cuando llegué hasta ellos el encapuchado va y me suelta “Hoy ha sido algo más bestia que otros días”, y se fue por el callejón mientras yo esposaba al tal Yago.

¿Sabes lo mejor de todo? Resulta que el tal Yago es un mercenario, un poco inexperto, todo hay que decirlo, y lo contratan ex-novios celosos para secuestrar a sus ex y hacerlas sufrir pensando en que las van a descuartizar y violar (bueno, al revés, creo). Dice que por eso se hace llamar Yago, aunque creo que el muy idiota no se ha leído la obra.

El resto es historia, dice la frase. Mi frase es “el resto de la historia, en mi libro”. Allí contaré como le va a Paco con la rubia de grandes ojos, además de la historia de otras chicas, rubias y morenas, a las que secuestró el tal Yago, aunque son historias que se deben leer con el estómago vacío y el alma anestesiada con un chupito de absenta. 
Gustau Santos Casademont

―¿Y yo que tengo que ver? ―pregunto asustada.

―Irene necesitamos una explicación ¿a quién coño te tiras, al abogado, al periodista o al tal Paco? ―indaga So.

―Esto es todo lo que sé de Yago, ¿era eso lo que queríais? ¿no? ―responde Irene con cara de preocupación.

Continuará…

NOTA: Millones de gracias acompañados de cariño, amor y admiración al escritor GUSTAU SANTOS CASADEMONT por colaborar en la búsqueda del tal Yago y hacer que esta entrada sea un lujazo al contar con su creatividad y letras. ¡¡¡Ha sido un placer, gracias de corazón!!! -PINCHAR EN SU NOMBRE PARA SEGUIR CONOCIENDO SU OBRA. 


Y mañana no te pierdas a la megavampi Karol Scandiu y sus gemelas...

5 comentarios:

  1. jajaja si es que Gustau es la leche. Buena entrada :D

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  2. Vaya... De nuevo me dejas a sí haaaaaaaaaaaaaaaaaa... queeeeeeeeeeeeee!!! Ygo contratado posiblemente por tu ex???? Me dejas con ganas de más... por dios.
    Como cada viernes... Te sales. Aa espera de más y me encanta la entrada de Gustau!!! Genial...

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  3. Yo quiero saber qué pasa con tu ex??? Qué le pasa a ese tipo??? Por qué esos "continuará"???????? jajaja!!!!! Quiero leer más!!!!!!!!!!!!!!!

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  4. Jajaja... Qué buena crónica la de Gustau!! Pobre nuestra querida rubita... por las que pasó.
    Saludos, Connie!!!

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  5. uhhh....!!!!! que yago hijo de p.......!!!!!! ops... ;)
    a ver como sigue todo!!!!

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