Yo intento subsanar la situación con un abrazo
intenso y unas tímidas caricias en su espalda por debajo de la camiseta.
Nuestra atracción es lo único que no varía a
través del tiempo. Él no puede resistirse y me coge de la cintura acercándome hacia
su cuerpo y me besa con intensidad. Me encanta como su lengua juega con mi
pircing.
Entramos a mi piso
desesperados el uno por el otro. Me tira en el sofá y entre algunos papeles que
hay desperdigados por ahí y las tres cajas que siguen inmunes hasta que yo decida ordenarlas,
hacemos el amor.
Cuando al fin, nos trasladamos a la cama medios
desnudos, pues no nos había dado tiempo a despojarnos de toda la ropa, él se
anima a soltar un:
―¿Qué voy a hacer contigo?
―¿Por qué? ―pregunto con mi carita de niña
indefensa y me acurruco en su pecho.
―Pues, siempre que vengo a sorprenderte, eres tú
la que innova y superándome con creces. ― Admite al fin con la respiración
entre cortada.
―Ya, pero es que… ―lo interrumpo intentado defenderme.
―No empieces, no me quiero enfadar. Dime la
verdad.
Me siento en la cama, mientras me pongo mi
camiseta de tirantes e intento ser lo más clara posible:
―Ese chico, el del
ascensor, es amigo de un tío que conocí
con una de mis taconeras el día que nos colamos en una boda. ¿Te acuerdas que empecé esta historia de hazañas antes
de los 30?
―Eso incluía liarte con todo dios ―dice José
entre risas.
―Te estás pasando.
―Pues no lo entiendo, de verdad. Quiero olvidarlo
todo, pero siempre aparece alguien. O una nueva hazaña como bien tú dices y
poco explicas… ―responde también sentado y cogiéndome de las manos.
―Te quiero José ―le digo por fin, algo que
sale realmente de mi corazón.
―Me gustaría creerte, y no es por el tío del
ascensor, ni por tus hazañas, ni por tu ex y perdona que lo nombre porque sé
que te ha hecho mucho daño y el tema del secuestro no es tontería, pero Yago,
¿quién coño es? ¿quiénes son todos?
―Tienes razón ―respondo.
―Yo también te quiero. ―dice
él dándome un beso en la frente.
―¿Pero…? ―lo corto,
sabiendo que continuaría un pero…
―Pero, nada, aquí estamos,
como un puto cabrón, aguantando y enamorado…
―afirma con impotencia.
―¡Yuppy! ―grito mientras
salto en mi cama, intentando desdramatizar la situación.
Nos besamos y ….
Me prometo portarme bien,
me lo prometo, se lo prometo, os lo prometo.
¡¡Feliz viernes!!
No te pierdas a mi chica y hermana Taconera Karol Scandiuuuuuuuuu!
Como siempre genial y única!!! Me encanta este José... que tierno y deja de liarla jejejeee... Esperando la continuación.
ResponderEliminarMe encanta la historia ^^.. Tenía tiempito que no comentaba las entradas jeje
ResponderEliminarBesitos
Pobre Jose..., que paciencia tiene el chico contigo..., me parece que necesita sentirse "parte de tu círculo", asi que te sugiero lo incluyas en una de tus aventuras locas sobre "que hacer antes de los 30" porque "quienes hacen locuras juntos permanecen juntos" :-)
ResponderEliminarAl fin!!! Qué viva el amor entre tú y José!!! Yupiiii :)
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