viernes, 25 de enero de 2013

¿Qué hacer antes de los 30? Todo me parece bonito





¡Es viernes síiiii! 

Últimamente estoy muy buena, con evidentes destellos de sosismo, en plan rubia enamorada que le encanta la lluvia, el frío, el calor, el champú, levantarse temprano o dormir hasta tarde, todo le parece bonito. Me siento feliz y suspiro por cada dos pestañeos.

¡¡Estoy enamorada!!

Por fin…

Siento que Jóse es el indicado, y no ha sido fácil darme cuenta.

Me he portado tan bien ésta semana que tengo miedo de estar incubando algo.

¡El virus del amor! –os lo he dicho, estoy muy mal de eso que llaman idealización plena y ciega.

Aunque no me olvido de todo lo que prometí este año y debe ser especial.

¡Hazañas divertidas y escandalosas!  Mmmm, estoy pensando en que actividad embarcarme sin poner en peligro mi relación.

¡Ay, qué tengo novio, qué ilu!  

Mmm, tendría que hacer algo dentro de casa, para no cagarla, me conozco…pues muchas ideas no encuentro.

Me pinto las uñas y ahora sí que no puedo hacer nada. Inmóvil con las manos abiertas giro por la casa, me decido a ordenar las cajas, y ¡ostris! no puedo,  aún la laca no se ha secado del todo.

¡Ring! –llaman a la puerta.

¡Lo sabía! Algo malo se aproxima. Espío por la mirilla y un chico que no conozco me dice,

―Señora, son cinco minutos, podría abrir la puerta.

¿Cinco minutos? Miedo y terror.

Yo sigo con la paranoia de que todo lo desconocido puede raptarme o matarme.

Me enfado conmigo por no ser una buena samaritana. Del curro tendría que haberme ido directamente a la casa de Ali que está malita y necesitaba achuchones o un caldo caliente.

¡Mierda!

―No puedo abrir, ¿qué necesitas? ―respondo con prisas, poniendo el cerrojo lo más silenciosa posible, ¡Argggg, me acabo de cargar dos uñas!

―Somos de una nueva empresa, líder en el sector… ―dice el tal agente.

―Que no, lo siento, no está el propietario ―lo corto y voy corriendo hacia mi habitación a vestirme. Alicia me necesita y mi hazaña de hoy será: “como ser una buena amiga”

En pocos minutos ya estoy dentro de unos leotardos, unos vaqueros, infinidad de camisetas abrigaditas, botas, chaqueta gorda, guantes, bufanda y gorro.

¡Qué frío! Me encanta el frío y estar en casa mirando una peli en el sofá, con una mantita calentitos junto a Jóse.

¡Vaya plan de buena amiga!, me recuerdo que estoy yendo a casa de Alicia.  

Al salir por la puerta, una voz a mis espaldas me saluda amablemente, por las sombras distingo a más personas y al mirar hacia abajo lo confirmo por los zapatos.  

―¿Cómo estas, cariño? ―pregunta uno de ellos con tono amable.

Aunque esté abrigada de pies a cabeza, siento como un río helado recorre mi espalda erizando mi piel.

Me giro suavemente intuyendo lo peor e ideando una escapatoria, cuando los reconozco.

―¿Vosotros? ¿Qué hacéis aquí? ¡Qué sorpresa!

―Se lo puedes agradecer a Irene que ha venido a recogernos al aeropuerto, llevamos planeando la sorpresa toda la semana.

―¡Mamá, papá! Bienvenidos, esta es mi nueva casa… ―les digo mientras nos fundimos en un solo abrazo.

Irene abre la puerta y comienza un sinfín de preguntas incómodas…

Mientras yo vuelvo a pensar en Jóse, menudo sorpresón se va a llevar esta vez…


Mañana no te pierdas a Karol Scandiu y sus gemelas.

5 comentarios:

  1. Ahí tienes una aventura sin salir de casa, jaja... Un abrazo grandeee desde Argentina!!

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  2. Y mi sopa????????

    Buahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

    ;)

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  3. Vaya, la aventura llegó a ti. A ver como se desarrolla, porque esas visitas inesperadas las carga el diablo xDD

    Un saludo ;)

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  4. Mira esta vez la sorpresa ha sido en casa, tranquilita y sin llevarte a perder los papeles... jejejeee... pero ya sabes que nos gusta que te metas en líos... y que cambies el café por cerveza jejejejeeee...

    Besotes mi niña. Deseando leerte el próximo viernes ;)

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