Cierto es que algunas cosas, de tanto hablar de ellas, se
vuelven empalagosas, aburridas o intrascendentes. Cuando hablamos de San
Valentín, ¿de qué estamos hablando? Me da la impresión de que ya no lo sabemos.
¿Y no hay tema mejor? Probablemente lo hay, pero es que me pidieron ser
Valentín por unas horas, así que toca pensar sobre esto.
Ganas me dieron de buscar la sempiterna reseña de los
orígenes más o menos históricos del personaje que da nombre a la fecha, pero me
temo que ni la rubia ni la morena están por la labor de tamaña tontería.
Me vino a la cabeza la película aquella de ¿Por qué lo
llaman amor cuando quieren decir sexo? Pero lo cierto es que me cuesta saber lo
que se quiere decir en los tiempos que corren (en cualquier tema). Parece que
el amor se haya vuelto un concepto del pasado, de películas en blanco y negro
adornadas con nubes de cigarros consumidos, palabras que han pasado de moda,
como ese “para siempre”. La realidad parece que ha cambiado la traducción, nos
ha coloreado las películas y les ha puesto BSO, y con todos esos adornos parece
que lo dicen todo. Y sin embargo,
nosotros hemos callado. Nosotros como cinéfilos, y nosotros como personas. O
hemos cambiado los hechos por las palabras vacías.
Recuerdo que hace 26 años empecé a salir con la que hoy es
mi mujer un día de San Valentín. Aún queda algo de aquello, y aún seguimos
juntos. No es fácil. Pero es real. Recuerdo que entonces poco sabía de chicas (ahora
creo que sé menos aún) y mi idea de romántico era una rosa roja en ese día. Y
así comenzó todo. Creo que no hemos vuelto a celebrarlo nunca, y hemos dejado
de adornarlo de esa manera. Uno descubre que la realidad es diferente, y que
las rosas, los bombones o los regalos no sirven si no hay otro trasfondo, si tu
vida no significa algo más, y si en tu vida no caben más cosas que tus egoísmos
y deseos. A ver cómo le explico a mi hijo, con este panorama, que lo que se ve
en “Corazón corazón”, “Sálvame” y “Sálvame deluxe” es basura barata que no
llega a la altura de una Audrey Hepburn en “Desayuno con diamantes”.
Enamorados. Para cada uno eso significa algo distinto.
Entrega. Compromiso. Fidelidad. Pasión. Ni idea. Creo que ponerle calificativos
es un ejercicio que sobrepasa tanto mi capacidad como mis ganas. Yo no soy
Valentín, ni San Valentín, ni tengo flechas ni cabeza suficiente para saberlo.
Yo no sé hablar bien, ni tampoco escribir bien. Dicen mis amigos que lo que se
me da genial es escuchar, y mira tú por donde, creo que eso de escuchar sí que tiene que ver con el amor (lo he acentuado
rubia). Escuchar al otro, y escucharte a ti mismo, para ser de VERDAD.
Otra gran palabra. Curioso que aparezca la verdad cuando
este texto aparecerá en un blog, y se enlazará con redes sociales en las que la
verdad brilla por su ausencia y en el que muchas relaciones naufragan por ese
quiero y no puedo. Lugares en los que se sufre de verdad por personas que no
son del todo reales o que no persiguen más que jugar con sentimientos, con
palabras, con todo.. En fin, que me pierdo. Es lo que tiene no ser ni siquiera
un aficionado a la escritura.
Una semana temática para un tema controvertido. De pequeño
escuchaba que el amor era el sentimiento más poderoso. Luego descubrí que el
odio parece ser más poderoso aún. El telediario y las noticias diarias me dan
la razón. Sé (y lo busco a diario) que hay manantiales de buenas noticias, de
buenas acciones, y reductos de buenas personas, pero hay que buscarlos… y eso
no vende. Descubrí que al menos yo no quiero vivir odiando. Y sin embargo el
odio no es lo peor. Lo peor es la indiferencia. Cuando odias a alguien, ese
alguien existe y te produce algo, aunque sea malo. Cuando alguien te da igual,
es una persona invisible. Ha desaparecido (lo de la invisibilidad es algo que
va siempre conmigo). Pues bien, creo que el amor se ha vuelto invisible. Al
menos el “amor verdadero” del que hablaba en “La princesa prometida” Vadercap.
¿Se puede hablar de amor hoy? ¿Existe el amor hoy? Hay
mujeres maltratadas físicamente en medio mundo, y psicológicamente en todo el
resto. Nos despertamos con noticias sobre pruebas nucleares que digo yo que no
se hacen para hacer reír al mundo.
Iniciativas populares para evitar que familias pierdan sus viviendas que
son imposibles de prosperar en este mundo nuestro tan terreno. Niñas y niños de
los que se abusa y a los que se prostituye. A lo mejor es que el amor ha
quedado para las nubes y las estrellas. A lo mejor hay que “dar un paseo por
las nubes” (para lo poco que me gusta el cine ya van unas cuantas) para descubrirlo.
Un paseo que creo que es mejor, más bonito, y más esperanzador si se da con
otra persona (aunque sea tu gemela, aunque parezca que no te entienda, aunque
sea muy distinto de uno mismo). O a lo mejor es que lo que de auténtico tiene
ese sentimiento necesita de la ilusión y de la fantasía para volver a creer en
él.
Debe ser eso porque no me resigno a que las emociones no se
puedan vivir a ras de tierra. Bajarse incluso de los tacones (aunque en este
blog eso no sea políticamente correcto) y caminar descalzos sintiéndolo todo
más cercano, más real, como sienten los niños las cosas (ahora pienso que los
niños también ven real a los reyes Magos, al ratoncito Pérez….)
Va a resultar que el unicornio lo mismo nos hace dar con su
paradero. No sé qué pensarán las gemelas de esto, pero quizás tras leer este
ladrillo necesitan de un par de copazos sin discutir para hacer la digestión.
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Quiero dar este pedazo de gracias con todo mi corazón y alma al gran Manu Tomas, amigo, escritor (¡shitu y no me lo discutas!^^) por prestarme su arte para esta entrada especial de San Valentín... ni yo lo hubiese dicho mejor, y te aseguro que las gemelas y el unicornio se han convertido en tus fans incondicionales:D
!!Gracias, Manuuuu!!
Karol Scandiu
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Y el lunes no os perdáis la rubia por excelencia y su Blond Bind sin igual :D
Ese gran verbo tan poco usado: ESCUCHAR
ResponderEliminarA partir de ahi el resto viene solo...
Pues eso creo yo. Escuchar da paso a compartir, y de eso lo demás. Hablar mirando. Escribir ya es para los artistas de la palabra.
ResponderEliminarGracias Gustau
Felicidades, Manu.
ResponderEliminarYo sí soy cinéfila. Y escucho, y miro y amo.
A veces ni una cosa ni otra dan muchos furtos inmediatos pero, oye, la inmediatez no lo es todo.
Gracias Ali.
EliminarLo inmediato es efímero y nada como una buena charla reposada frente a alguien para notar si hay conexión. Leyendo tu rincón semanal se da cuenta de que haces todo eso, y mucho más. Eres una privilegiada, y con ello haces privilegiados a los que te rodean.
Muchas gracias a tí