— Tengo los labios hinchados,
ambos, la barbilla despellejada, un mordisco en la clavícula, un cardenal en las
costillas y un par de arañazos en las piernas, además de agujetas en todos los
músculos del cuerpo.
— ¡Uy!
— No, no, repetimos cuando quieras,
dame dos minutos para que las pulsaciones bajen al modo taquicardia y me
cuentas eso tan interesante que querías decirme en jadeos.
Karol entra al salón escandalizada
y con los ojos fuera de orbita, mira a su compañera de piso y grita:
— ¡Qué leches estás haciendo!
— Nada, ensayo un guión— contesta
la aludida.
En esos momentos entra por el
pasillo de los dormitorios otra de las chicas y dice con papel en mano:
— Pues ya te estás quitando las
braguitas que pienso dejarte desecha por completo, quizás, ni deje que te
recuperes.
— ¡Pero es que os habéis vuelto todas
locas! Decidme ahora mismo qué narices estáis haciendo y qué son esos
papeles— sigue Karol evidentemente enfadada.
— Eh… nada, solo es un guión.
Las llaves suenan en la puerta y
como un rayo entra una rubia sofocada, con tres bolsos en una mano y el móvil
en la otra.
— Espero que no os falte mucho,
el chofer nos espera en la calle y llegamos tarde casi una hora, ¿os sabéis los
diálogos? — Dice la rubia entregando los bolsos a sus amigas mientras hace
aspavientos con las manos para que se den prisa en salir del piso.
Karol se lanza contra la puerta
de entrada y tapona con su cuerpo el hueco de salida.
— De aquí no sale ni Dios hasta
que no me expliquéis con pelos y señales lo que está pasando… ¡He dicho!
Y mañana más y mejor con nuestra Connie y sus enseñanzas veinteañeras....
Vas y nos dejas con el misterio del secreto..., eso no se haceeeeee
ResponderEliminarNormal que no os deje salir sin saber jajaja toma curiosidad
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