jueves, 28 de marzo de 2013

Encuentro en tacones. Conspirando en contra de... (Parte II)


PINCHANDO "AQUÍ" LA PRIMERA PARTE DE ESTA HISTORIA


Las seis chicas estaban nerviosas, no querían meterse en problemas pero su paciencia se había agotado y era hora de poner los puntos sobre la i.
Karol pasó al dormitorio de Connie, tenía que convencerla de que ocultarse no era la mejor opción, si habían trazado el plan juntas, juntas tenían que cumplirlo.
— Venga, nena, ya está todo listo y te necesitamos en el salón.
— Yo no voy, me muero de miedo ¿has visto con qué cara nos mira?
— Pues no la mires tú a ella, así de fácil.
— Claro, quieres que me siente en frente y mire a las musarañas. Esto es una encerrona y no veo que se haya asustado, la verdad. Vamos a tener problemas, estoy segura.
    ¿Y has visto lo que se parece la tipa a…?
— Calla, que la pobre Irene se ha quedado flipada cuando la ha visto, a mí me ha dado un escalofrío.
Tras unos minutos de conversación, las dos chicas salieron al encuentro de sus amigas y su “invitada” especial.
El salón estaba muy oscuro, las cortinas cerradas y la persiana dejaba entrar pequeños destellos por los agujeritos, aunque insuficientes para ver con claridad la estancia.
So se acercó a la lamparita junto al teléfono y después de encenderla, puso el regulador en la mínima potencia, de todas formas, no quería iluminar demasiado la habitación.
Dando la espalda a la ventana, sentada en una silla y con los pies y las manos atados con cinta americana, descansaba una rubia con cara de pocos amigos. Resoplaba cada pocos minutos, al parecer, los raptos no le hacían gracia.
Delante de ella habían colocado seis sillas alineadas, aquel era el lugar que ocuparían las taconeras para el interrogatorio.  
— No es por meter prisa, pero me gustaría sabes qué cojones hago aquí— dijo la secuestrada.
— No le hagáis ni caso, esto lo vamos a llevar a nuestro modo. Que no os intimide esta desgraciada— habló So para el resto de sus amigas.
— ¡Eh! Sin faltar, que yo he colaborado…
— ¿Colaborar? Sí, has colaborado haciendo de nuestras vidas un tormento. ¡Yo me la cargo ya y asunto arreglado! — Gritó Alicia a punto de tirarse encima de la chica.
— Tranquilidad, ¡joder! La tenemos atada y no puede hacernos nada ¿vale? Así que un poquito de autocontrol, todas tendremos nuestro momento— Aclaró Regina mientras alisaba las arrugas de su falda.
— Bien, empezaré yo, quiero que termine el numerito lo antes posible— dijo Karol mientras sujetaba a Connie por el brazo para que no escapara de su lado. La rubia estaba muy nerviosa—. Vamos a ver, guapetona “véase el sarcasmo”— hizo comillas en el aire—, desde unos meses a esta parte has convertido nuestras vidas en un tormento, nos has metido en infinidad de tragedias, de malos rollos, situaciones en las que hemos llorado, sufrido lo indecible y lo peor de todo, nos has hecho daño como a viles animales. Nos gustaría saber, y creo que hablo en nombre de todas, ¿qué leches te hemos hecho nosotras para que nos trates así?
Las taconeras se cruzaron de brazos al tiempo, y esperaron que la interrogada hablara.
La rubia atada carraspeó, ladeó la cabeza un poco y con una sonrisa pérfida, dijo:
— Tengo la garganta seca, ¿podría beber algo?
— No, habla— contestó tajante Irene, aún aturdida por el shock al ver la apariencia de la chica.
— ¿Y un cigarrito? No fumo, pero en estos momentos me vendría muy bien.
— Tienes las manos atadas a la espalda, no creo que estés en condiciones de fumar, déjate de gilipolleces y contesta la puta pregunta— siguió So, entrecerrando los ojos.
— Que falta de hospitalidad… Además, no he entendido la pregunta, yo no veo nada malo en mi comportamiento, solo hice mi trabajo, eso es todo. Tendrás que especificar en qué os hice daño— la rubia atada se agitó en el asiento y puso gesto de dolor cuando sintió las rozaduras que la cinta le hacía en las muñecas.




Ilustración Juapi 


— ¡Hasta aquí podíamos llegar! Mira, cabrona de mierda, nos has metido en un montón de líos, acaso no recuerdas las aventuras con los demonios que casi nos matan, los universos paralelos y viajes en el tiempo, nos cambiaste de color de pelo y forma de ojos; despedidas de soltera que terminaron en la cárcel, si no llega a ser por Regina y su abogado, aún estaríamos allí; nos hiciste perder la memoria, ¡joder! ¡Fuimos las culpables de la destrucción del mundo! Pero si hasta nos has plagado el cuerpo de putos granos con una invasión de pulgas de la hostia, será mejor que me des una explicación coherente, porque te juro que no sales de este piso hoy con todas las partes de tu cuerpo completas ¿Me has entendido ahora con claridad? — Dijo Alicia, a punto de estallar de pura rabia.
— ¡Ah! Eso. Pues vaya, yo pensé que os lo habíais pasado bien. Os convertí en las cantantes más famosas de toda China, y os puse como heroínas macizorras con trajecitos chulos, que os recuerdo, por si lo habéis olvidado, la historia terminó con vosotras salvando el mundo. Lo reconozco, las pulgas fue un poco coñazo, pero tampoco es para tanto…
Alicia y sus cinco amigas no daban crédito a lo que escuchaban, la escritora que tenían en frente estaba totalmente segura de lo que decía, no sentía ningún tipo de remordimiento por sus fechorías, y ellas habían sido el blanco de su diana.
Connie, levantó la cabeza por primera vez, y miró enfadada a la escritora atada.
— Has destrozado nuestras vidas. Nos distes unos hijos demoníacos convirtiéndonos en malas madres, confesamos ser lesbianas con amores imposibles, le diste a Irene el concierto de su vida para luego destrozarlo con una cancelación que casi entra en depresión la pobre. No tienes corazón. Pero si hasta nos mataste en un accidente de coche… mandándonos al cielo y al infierno ¡con el puto demonio!...
— Eeeeh… Para el carro, para. Lo del concierto no fue mi culpa, ese día teníamos invitado y “ÉL” decidió que la historia terminara así, yo no tuve nada que ver... — intentó defenderse la escritora.
— Y no se te olvide cuando nos cambió de cuerpos…— Agregó Regina.
— Esa tampoco fui yo, además creo recordar que era todo una broma que…
— ¡Una broma! Me río yo de las bromitas que inventas, que nos has metido hasta fantasmas en casa— dijo So, mientras el resto de chicas asentían con la cabeza en muestra de apoyo.
— Yo sé de algunas que no están tan descontentas con esos “fantasmas”…— la escritora enarcó una ceja mirando a Karol que, inmediatamente se sonrojó.
— ¡Y una mierda que te comas! Nos has metido en una guerra de pintura con chicos que seguramente no tenían culpa de nada. Y no voy ha hablar del día de las putas manchas naranjas por todo el cuerpo, porque entonces me caliento y…— contestó Karol.
— Ah, sí, ese día fue muy divertido— la escritora se río con una gran y sobreactuada carcajada.  
— Pero miradla, si además se lo está pasando pipa. Tenemos que cortarle algo ¡ya! — Sentenció Alicia.
— Espera, Ali. Verás, voy a ser buena gente y te voy a conceder una última oportunidad para que te disculpes, asumas tus errores y des tu brazo a torcer. No te garantizo que salgas de aquí con vida, pero al menos, intentaremos que sea rápido— dijo Karol levantando el mentón, esperando la respuesta.
— Sois muy ilusas, en cierta manera me habéis decepcionado, os creía más… inteligentes. Pero nada, supongo que todo el mundo se equivoca alguna vez. De aquí saldré cuándo y cómo me de la gana, por si no lo habíais notado yo soy la que escribe la historia, soy la que maneja vuestros hilos— dijo la escritora agrandando la sonrisa—, si no me he levantado hasta ahora, es porque me hacía gracia el espectáculo que estabais montando, pero lo cierto es que llego tarde a una cita y os voy a tener que dejar. Otro día nos tomamos unas cañitas, si os apetece, claro. Y aunque yo no soy mucho de amenazas, a partir de ahora seré mucho más… contundente con vuestra historia. Chicas, chicas, chicas, no está bien meterse con quien os da de comer, es algo a tener en cuenta. Nos vemos la semana que viene, “guapetonas”.  
Tras pronunciar aquellas palabras, la escritora deshizo las ataduras de sus muñecas y tobillos con un chasquido de dedos, dejó paralizadas en sus asientos a las seis taconeras, como si sus culitos estuviesen pegados con Súper Glue, y se levantó dirección a la calle mientras canturreaba una de sus canciones preferidas de Jack White.



Palabras de la autora:
Hola a tod@s, espero que os haya gustado el final de esta historia, hoy es un día especial, como habréis visto arriba en grande, hemos tenido el placer de contar con la obra de un gran ilustrador, él es Juan Antonio Abad Gonzalez (Juapi), que aceptó el trabajo de poner carita a esta historia de secuestros y mujeres perversas ^^ Le ha quedado genial, ha enfocado maravillosamente el escenario que rodeaba a nuestras taconeras y a una servidora. Tiene un estilo que a mí me apasiona, sus dibujos son muy detallistas, minuciosos y llenos de colores (aunque este sea en blanco y negro)
Aquí os dejo sus páginas webs, para que podáis contemplar todos sus trabajos y el correo electrónico para poneros en contacto con él. Su talento no tiene límites.
Web: www.elescritoriodejuapi.comFacebook: https://www.facebook.com/juapilustradorMail de contacto: estudioseinen@hotmail.com  
Muchas gracias, artista!!
 También quería proponeos un pequeño juego, sé que algunos de vosotros sois asiduos al blog y conocéis las aventuras de las seis chicas en tacones, me gustaría saber qué relato ha sido vuestro favorito en estos casi diez meses de publicaciones. Estaré encantada de conocer vuestras preferencias.
 Y ahora sí, un besote para tod@s y que paséis una Semana Santa estupenda. 







Y mañana podréis disfrutar de una entrada de lo más recomendable, imperdible diría yo, con nuestra rubia loca y encantadora, Connie y su qué hacer antes de los 30.



3 comentarios:

  1. No se puede elegir sólo uno

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  2. Diez meses? Llevamos desayunando galletas y yendonos a dormir con todas y cada una de vosotras diez meses? Juer juer juer, como pasa el tiempoooooo, para el aniversario tenemos que hacer una de las que hacen época o algo...

    Contigo es difícil elegir, en todas tus historias hay "regalito", pero la saga (en varios capítulos) de las heroinas contra el supervillano fue de lo más divertida...

    Buena semanita y descansa, que te lo mereces...

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  3. me reí muchísimo con la historia de la pulga... pero la de vuestra visita al infierno me pareció fenomenal...

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