martes, 5 de febrero de 2013

CORAZONES HELADOS (II)





 
El terror a equivocarnos de nuevo es el freno infalible para dejar de vivir. Bloquea, impide tomar decisiones y es posible que nos mantenga mucho tiempo (a algún@s para la eternidad) dando vueltas de peonza alrededor de una minucia que deberíamos resolver con un chasquear de dedos.

¿Por qué lo permitimos?

Porque controlar el miedo es harto difícil y jamás nos han enseñado. Unos se escudan en que simplemente, no son personas valientes. De acuerdo. Pero no estamos hablando de hacer paracaidismo, ni puenting. Ni siquiera te propongo entrar en el Pasaje del Terror del parque de atracciones, tan solo de tomar una decisión: enamorarte de nuevo, confiar otra vez. No hace falta ser valiente, solo relajarse. Puedes ser igual de cobarde: se permite optar por vivir como un cagueta relajado.


Los corazones helados cometen varios errores. A saber:

-Juzgan a todos los pretendientes a amante (entendido en el sentido de “quien te ama”) con el mismo rasero: el que un limón venga agrio no quita las vitaminas que tienen los demás. Bueno, este ejemplo no acaba de convencerme. El que una manzana venga podrida no significa que todo el frutero lo esté.
Mejor, ¿no? Más claro.
¡¡Todos los hombres NO son iguales, leñe!!

- Están convencidos de que si no se enamoran de nuevo no volverán a sufrir: hay tantas formas de martirizarse y tantas cosas en nuestra febril rutina de vida que pueden hacernos sentir desgraciados, que los sinsabores del amor no son, ni mucho menos, los peores. Porque a diferencia de otras fuentes de sufrimiento, el amor nos regala momentos inolvidables que a veces compensan las lágrimas. Un jefe coñazo o un compañero de curro que se dedica a hacerte la vida imposible no te aporta ni un gramo de positividad, solo una úlcera por tener que tragarte lo que te gustaría soltarle. Piénsalo. Medita y saca conclusiones.

- Si se animan a comenzar alguna tímida relación, harán pagar al nuevo compañero por los errores del anterior y lo castigarán (sin motivo ni justificación) con el látigo del resentimiento por “lo que me hicieron”: es la mejor manera y la más rápida de condenar al fracaso una relación que comienza y que quién sabe qué futuro dorado podría tener. Es requisito imprescindible estar limpia y en lo posible, curada o en un estado avanzado de sanación, para iniciar algo nuevo. Lo de “un clavo saca a otro clavo” no funciona más que en el bricolaje (salvo que el 2º clavo no pase de ser un mero entretenimiento y lo tengamos bien, bien, repito, bien clarito).




¿Que nos han roto el corazón? Todavía podemos perder el trabajo, ver cómo el pu** banco se queda con nuestro pisito, perder a nuestra mascota o a un ser querido, accidentarnos con el coche… ¿Quieres que siga? Suena horrible, ¿verdad? El listado de cosas espantosas que pueden suceder es interminable y es que para morirse… solo hace falta estar vivo.

Recoge tus pedazos. Recomponte. Llora cuanto quieras (sin anquilosarte ni anclarte en el victimismo ni en tu desgracia). Dale la lata a las amigas (para eso estamos). No le hagas caso a ninguna, solo a tu corazón. Analiza lo que pasó sin pasión. No te eches la culpa: si él era un cerdo y no supiste verlo, él era un cerdo y tú eres un ser entrañable sin maldad. Si fuiste la causante de la ruptura, aun sin ser consciente de ello, repasa y toma nota de tus actos. Se trata de que vivas la ruptura como una lección de vida, no como un fracaso. Que saques conclusiones inteligentes que te ayuden a ser más sabia y a no cometer los mismos errores… la próxima vez que te enamores.

No dejes de creer en el amor. Cada historia es un mundo lleno de posibilidades. Tu yo sumado con otro ser humano, compone cada vez una realidad distinta y novedosa que puede sorprenderte hasta a ti misma. Niégate a ser un corazón congelado.

P.D. A veces es inevitable que los productos frescos, una vez descongelados, hayan perdido sus propiedades nutritivas y sus vitaminas. Ea.




Y mañana nada de corazones helados. Mañana galletas. Con ella: Alicia Pérez Gil. Un corazón caliente. 





4 comentarios:

  1. Muy muy muy recomendable.
    Creo que voy a abandonar el tema de los congelados

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    1. No me fío de los "autoayudos" que te recomiendan ser frío cual iceberg, que no te afecten las cosas, controla tus emociones... ¡Somos humanos! Hay que desesperarse, llorar, chillar y maldecir al malnacido/a que acaba de romperte el corazón. Dejar salir la frustración, el enfado y la ira es sano y recomendable. Lo que no lo es tanto es quedarse enganchado y no pasar página. ¿Que es difícil? A mí me lo vas a decir... pero posible. Con el tiempo todo cura, solo tenemos que querer.

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  2. Pues sí, Regi querida. Y no tengo nada más que decir.

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    1. Poeso.
      Ay, qué ganas tengo de verteeeee.

      R.R. (Martin. Porque yo lo valgo)

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